Angela
Oscuridad. Todo estaba oscuro. Poco a poco mis ojos se fueron adaptando a la inmensa oscuridad que se extendía a mi alrededor. Cerré los ojos, pero no sirvió para nada, mi cuerpo seguía temblando y mi mente estaba en blanco. El miedo me paralizaba todo el cuerpo, ese estúpido miedo a la oscuridad.
De repente, una melodía suave inundó toda mi habitación. La reconocí nada más sonar las primeras notas, Perfect de Ed Sheeran. Poco después, oí unos pasos que se acercaban a mí, él, por él estaba aquí, por él y para superar mi miedo. Cuando llegó a donde yo estaba, entrelazó suavemente los dedos de su mano con la mía mientras que la otra se la llevó al corazón. Y empezamos a bailar en círculos lentos al son de la música.
-Tranquila, no pasa nada, todo está bien, estoy aquí, no me voy a ir, nunca. - me susurró al oído- Respira.
Inspiré bruscamente, hasta ese momento, no me había dado de cuenta de que estaba aguantando la respiración.
Llegó el momento del estribillo, mi parte favorita y él lo sabía, mientras Ed Sheeran cantaba como bailaba con la chica de sus sueños, el chico de los míos, me levantó del suelo y dio una vuelta rápida conmigo en brazos. Una risa brotó de mi garganta de forma inesperada como esa vuelta, ya no temblaba, ese efecto tenía él sobre mí, siempre hacía que me olvidara de todo, incluso de mis mayores miedos, para disfrutar de los placeres de la vida, porque él era perfecto, él tenía al mundo a sus pies, él estaba bien y yo estaba rota, pero eso no importaba, porque él completaba mis roturas con su amor y estaba bien, los dos estábamos bien.
Mientras dábamos vueltas, empezó a cantar la canción con esa voz que tanto me gustaba.
-Baby, I'm dancing in the dark with you between my arms. Barefoot on the grass, listening to our favourite song. When you said you looked a mess, I whispered underneath my breath. But you heard it, darling, you look perfect tonight. Eres perfecta patito, no lo olvides- y me dio un beso en la nuca.
Y así nos pasamos la tarde, bailando, cantándonos, dando vueltas sin parar. Poco a poco fui perdiendo mi miedo y empecé a disfrutar de la oscuridad, aunque más bien, empecé a disfrutar de la oscuridad a su lado.
Cuando se tuvo que ir a su casa, me dio un tierno abrazo en la puerta, ninguno de los dos quería despedirse del otro.
-Adiós pequeña, me lo he pasado muy bien hoy, hay que repetir- me dijo con su habitual tono burlón.
-Yo también me lo he pasado muy bien, pero la próxima vez que me hagas bailar teniendo miedo, será lo último que hagas en tu vida, ¿vale, guziluz? - le respondí con mi tono más inocente y cara de niña buena.
- No me cabe duda- me dijo con esa risa tan perfecta.
Se dio la vuelta y emprendió el camino de piedra que había desde la puerta de mi casa hasta la valla. Antes de llegar a la mitad del camino, dio la vuelta y al llegar a mi altura me plantó un beso, eso sí que no me lo esperaba.
- Volveré, estrellita, no te creas que te has librado de mí.
Y esta vez sí que se fue.
Me desperté de golpe, mi cara estaba llena de lágrimas. Era un sueño, solo eso. Aunque no era un simple sueño, era un recuerdo, uno muy doloroso, porque, aunque me dijo que volvería, nunca más lo hizo.
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Recuerdos escritos en canciones
Teen FictionEs la historia de dos adolescentes normales, uno totalmente perdido y el otro con brújula y mapa, que se conocieron en medio de una tormenta y que buscan la luz al final del túnel. Dos adolescentes que no creen en el para siempre, pero si en el ahor...