Capitulo 6: You found me- The Fray

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Zale

Todo estaba siendo una mierda hasta que recibí ese mensaje. No voy a negar que me dolió que me rechazar, pero por otra parte lo entendía, nos conocíamos de hace poco y encima voy y la beso en la primera cita, pero me gustó y por una parte me parece asqueroso porque ella salió corriendo y está claro que no sintió lo mismo, pero por otra parte...Por otra parte llevo toda la semana fantaseando con que hubiera pasado si ella no se hubiera apartado, en mi mente todo era perfecto, después de besarnos nos quedábamos mirando, luego le sonreía como un tonto, entonces nos levantaríamos del banco y cogidos de la mano la acompañaría hasta casa, en la puerta, la volvería a besar y ella no querría que yo me fuera, pero antes de irme le prometería que mañana la escribiría, después, ella sonreía y yo regresaría feliz a casa. Pero la realidad es muy distinta. Ella se fue después del beso diciendo que solo éramos amigos, yo me había quedado sentado en el banco mientras de alguna manera que no puedo explicar, mi mundo se venía abajo, entiendo que eso es lo que pasa cuando una persona que te gusta te rechaza, pero la conocía desde hace poco y se me había clavado en lo más profundo de mi ser. Después regresé a casa y...Me di por vencido. Un tremendo error. Un tremendo error que no dudé en solucionar cuando ella decidió dar el primer paso (cosa que me avergonzó un poco no haberlo dado yo, no quería que pensara que a la primera de cambio me rendía, que era lo que pasó, pero ella no tenía porque saberlo). Sinceramente, ese mensaje me alegró la semana, que no es que hubiera sido muy buena. Para empezar, el domingo me lo había pasado metido en la cama sin ganas de hacer nada, pero el lunes ya tenía que volver a la rutina y no me quedó de otra que levantarme y fingir que todo estaba bien, fingir que no iba caminando por el mundo con una sonrisa pintada con la sangre de mi corazón roto.

LUNES

Me desperté esperando recibir un mensaje suyo, como todos los días. ¿Cómo es posible que en tan poco tiempo te acostumbres a algo? Sentí cierto vacío en mi pecho cuando vi que no tenía ninguna notificación con ningún mensaje suyo.

Bajé a desayunar como un zombie y sin ganas de ir al instituto. Mi madre canturreaba feliz en la cocina mientras preparaba el desayuno y mi padre leía el periódico como todos los días, el hombre se despertaba temprano para ir a comprarlo. De repente, me imaginé a mi leyendo todos los días el periódico mientras mi hijo bajaba a desayunar, no pude evitar imaginarme a Angela canturreando en la cocina como hacía mi madre, la opresión en el pecho aumentó. Sacudí la cabeza intentando alejar esos pensamientos mientras llenaba un vaso con zumo de naranja y cogía mis cereales favoritos.

Durante el desayuno, mi padre intentó conversar hablando sobre las noticias que salían en el periódico, cuando yo era pequeño, me encantaba que mi padre comentara conmigo las noticias, me sentía más mayor y cercano a mi padre, ahora no era capaz de prestar atención a lo que me decía.

En el instituto estuve más centrado ya que como tenía que estar atento a los profesores me centraba menos en mis cosas. Aunque eso no hizo que de vez en cuando mi mente se imaginara que estaba haciendo ella en ese momento.

Al llegar a casa, mi madre estaba histérica, resulta que un amigo de mi padre vendrá a cenar dentro de unos días con su mujer y su hija. Intenté centrarme en lo que decía pero solo pillé cosas sueltas. Al parecer, era un hombre con un negocio de mucho dinero y estaba planeando asociarse a mi padre, lo cual nos vendría muy bien. Genial, ahora tendría que fingir delante de personas que no conozco y que no me interesan que estoy bien, a cada momento que pasaba, la semana se iba poniendo mejor, que guay. Vale, ahora entiendo porque mi madre me dice que soy tan sarcástico.

Después de comer, subí a mi habitación a estudiar y a hacer los deberes. Sobre las 6 de la tarde, me llegó un mensaje al móvil. Con el corazón acelerado palpitándome fuertemente en el pecho, lo cogí para ver quien era. Una sensación de decepción inundó mi cuerpo, obviamente no era ella. Carlos, mi amigo de toda la vida, me invitaba a ir a local de rock donde su primo iba a tocar por primera vez con su grupo. No me parecía tan mala idea, así que me vestí para ir a ese local. Al bajar las escaleras, mi padre me llamó desde el salón.

Recuerdos escritos en cancionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora