Acompañemos a La Luna [libro 1 MLB] ✔︎

XIII. "Ecos de amor"

ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS [+18] LEER BAJO TU PROPIA RESPONSABILIDAD. 

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Marinette.

Adrien besa increíble.

He llegado a esa conclusión hace mucho, pero justo hoy, cuando la cosa estaba subiendo de nivel, Luka decidió que era un buen día y momento para llamar.

Luka comienza a hablarme sobre un ensayo para la banda, me pide que hable con Adrien para ver si puede volver a tocar con ellos, accedí a hablar con Adrien y me sigue hablando acerca de Zoé llegando extraña esa mañana cuando fue a buscar a Juleka.

Cuando por fin terminó la llamada, carraspeé un poco incomoda y me senté a los pies de la cama.

—Luka me ha pedido que te pregunte si es que este viernes puedes volver a tocar con ellos —Le dije.

Adrien sonrió de lado y caminó hasta el escritorio para sentarse.

—Hasta el momento mi agenda para ese día está desocupada, pero durante la semana confirmo porque tengo muchas actividades y no sé si pueda ir a los ensayos—Asentí levemente.

—De acuerdo.

—¿Entonces hoy terminamos orgullo y prejuicio? —Preguntó sonriendo.

—¡Obvio! Ayer no pudimos hacerlo, pero hoy tenemos toda la tarde libre —Le dije mientras me ponía de pie para buscar el libro en la estantería.

Aún sentía el cuerpo algo acalorado por sus besos y sus caricias, sentía la necesidad de correr a él, besarlo y no soltarlo, era algo demasiado intenso, pero me contenía.

—¿Cuál quieres leer después? —Lo oí suspirar y volteé a verlo, sonreía divertido y se puso de pie para acercarse.

—Definitivamente me quieres meter en este mundo de la lectura —Dijo ubicándose a mi lado.

Sonreí divertida.

—Te equivocas, te quiero meter en mi mundo —Él sonrió levemente y se acercó para besar fugazmente mis labios.

—Y ya sabes que estoy totalmente dispuesto a hacerlo, bichito —Me dice coqueto.

Reí y por un momento me quedé viendo esas profundas esmeraldas que lleva por ojos, son tan hermosos, la profundidad que hay en ellos me hace perderme y sentir ese cosquilleo burbujeante en el estómago.

Me gusta Adrien, me gusta mucho.

Lo quiero.

—¿Pasa algo? —Preguntó confundido.

Negué riendo mientras salía de mi burbuja.

—Nada, no es nada.

—¿Segura?

Asentí.

Estaba a punto de hablar, cuando se oyeron 3 golpes en la puerta de mi habitación.

—¡Marinette! Dice la señora Sabine que el almuerzo ya está servido —Se oye la voz de Gina tras la puerta.

—¡De acuerdo, ya vamos! —Grité antes de mirar a Adrien. —Será mejor no hacerla esperar —El rubio asintió sonriendo y caminamos hacia fuera de la habitación.

Llegamos al comedor y vimos a papá y mamá sentados esperándonos con una sonrisa.

—¡Pero si es el gran Adrien Agreste! —Dice papá algo entusiasmado.