XVIII. "Si no hablas tú, hablo yo"

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Adrien.

Dejé de oír todo a mi alrededor, todo me da vueltas por unos segundos, todo parece girar y luego de golpe, todo se detiene haciéndome muy consciente de lo que está pasando.

Siento el enorme impulso de llorar, de gritar, de sermonear a Frederick por bromear de esa forma con nosotros.

Pero el problema es que no es una broma.

-¡Marinette escúchame! -Sacudo a Marinette por los hombros y sus ojos se llenan de lágrimas.

Frunce el labio y se larga a llorar negando un montón de veces.

-Es mentira, Adrien, no puede ser verdad. Zoé no...

La abracé con fuerza hundiendo su rostro en mi pecho, consolándola.

-Cariño... ya... tranquila, Zoé estará bien -No se me ocurría que más decirle, estaba igual de afectado que ella, con los mismos terrores, las mismas dudas, los mismos miedos.

Zoé había intentado suicidarse con un montón de pastillas metidas en su organismo.

Zoé estaba inconsciente en el hospital, estable, pero en un hospital.

-Zoé está estable, va a salir de esto, y nosotros estaremos con ella -Murmuré acariciándole el cabello.

Marinette solloza un montón y se agarra de mi chaqueta.

No era un buen momento para decirle todo lo que me ha dicho Frederick, porque lo de Zoé, no fue lo único que dijo.

Papá ya lo sabe todo.

Papá está enterado de absolutamente todo.

No puedo decirle eso a Marinette, no puedo preocuparla más.

La angustia que sentí en ese momento fue tanta, que no he sabido reaccionar de la mejor manera y a lo único que atino, es a abrazar a Marinette con fuerza, sostenerla junto a mí.

Jamás había visto a Marinette llorar, jamás la había visto derramar una sola lágrima.

Y puedo jurar que verla hacerlo, es el peor sentimiento del mundo.

-Hay que ... que ir, Adrien -Me dice entrecortadamente por los sollozos y el acelerado latido en el pecho.

Asentí.

-De acuerdo, cálmate, vamos a ir. Ey, Mari -La tomé por los hombros y fijé nuestras miradas.

Esos ojos tristes me duelen el corazón.

Hice una mueca, la sonrisa no me sale.

-Vamos a ir, todo irá bien. Zoé es una chica muy fuerte, todos sabemos eso.

Marinette asiente levemente y pasa el dorso de su mano por sus ojos para quitar las lágrimas en vano, porque vuelven a caer.

Nos acercamos a la acera y tuvimos que esperar unos minutos a que llegara un taxi, tardamos menos de 20 minutos en estar en la clínica donde había sido internada Zoé.

Frederick no me explicó con detalles lo que había pasado, solo dijo: Zoé está internada por intento de suicido.

Directo al corazón, sin anestesia.

Así que al bajar del taxi, con Marinette ya más calmada, sin lágrimas en su rostro, corrimos hacia el interior de la clínica, preguntamos en recepción por Zoé y nos dieron la indicación de que se encontraba en el tercer piso.

Acompañemos a La Luna [libro 1 MLB] ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora