VXII. "¿Mi Lucky Charm inspirada?"

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Marinette

Hace un par de semanas, en su cumpleaños número 23, Luka me pidió salir un momento al jardín. Allí fue donde me comentó que había ganado la beca y que iba a decidir tomarla.

Luka se quedaba, y eso me hacía tan feliz, porque sé que es lo que a él le hace feliz, Luka ama la música y vive de ella. La música corre por su sangre.

Así que, hoy, 21 de diciembre, Luka iría a terminar los últimos trámites de la beca, sus notas del conservatorio, certificados y eso, me pidió que lo acompañase y acepté, porque esto era algo digno de ver: tú mejor amigo firmando para concretar sus sueños.

Perfecto regalo de navidad adelantado.

—¿Quieres alto de beber, cariño? —Me pregunta Anarka, la madre de Luka.

—No, gracias Anarka —Digo sonriendo. —¿Crees que le falte mucho a Luka? —Le pregunto asomándome por el pasillo.

—Ayer se quedó hasta muy tarde terminando de reunir todos los documentos necesarios y se despertó tarde esta mañana, pero tranquila, estará listo en un momento —Me dice Anarka mientras juega con unos acordes al azar en su guitarra acústica.

Asentí y me quedé mirando mi móvil mientras escuchaba la electrizante melodía que estaba creando Anarka.

En un momento, mi celular comenzó a sonar, era una llamada de Adrien.

—Hola, Adrien.

—Mari, ¿Cómo estás?

—Bieen, ¿y tú? —Me puse de pie y me alejé un poco a la terraza de la casa para tener más privacidad.

Bien, acabo de llegar a Versalles, ¿tú estás en lo de Luka?

—Estoy en su casa esperándolo, se quedó dormido y se ha atrasado un poco, pero todo bien —Respondo jugando distraídamente con el cenicero que estaba en la mesita de la terraza. —¿Cómo está Versalles?

—Es muy hermoso, pero en cualquier momento comienza a llover o nevar.

—Mh, no creo que nieve, aquí tiene más pinta de llover, ¿crees que caiga nieve antes de navidad?

No lo sé, Mari, pero aquí hace un frio que ni te cuento —Reí.

—Te apuesto que comenzará a nevar después de navidad, rubio.

Oí a través de la línea telefónica la electrizante risita de Adrien, y sonreí mecánicamente. Era lo que Adrien provocaba en mí: instantáneas sonrisas y felicidad plena.

—Vale, yo digo que nieva antes o durante navidad. —Me dice.

De repente volteé al oír el repiqueteo sobre el ventanal, Luka me sonreí a modo de disculpa.

—Voy tarde, Mari...

—Vale, vale. Ya voy —Volví a darme la vuelta. —Adrien, ya debo cortar ¿nos vemos mañana?

—Claro, bichito, nos vemos, adiós.

—Adiós.

Finalicé la llamada con una sonrisa curvando en mis labios. Regresé al interior de la casa y tomé mi abrigo.

—¿Nos vamos?

Luka asiente y toma la carpeta de sobre la mesa.

—Adiós, mamá. —Deja un fugaz beso en la mejilla de Anarka y corre a la puerta.

—Adiós hijo, que te vaya bien. Adiós, Marinette.

—¡Adiós, Anarka!

Salimos de prisa de la casa de Luka, corrimos a la estación de metro y nos metimos en la línea que no llevaba al estudio.

Acompañemos a La Luna [libro 1 MLB] ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora