𝙸𝚅.

360 42 6
                                    

-- ¡Dios!- exclamó Handong sorprendida.

-- ¿Camila?- Dami ladeó su cabeza.

-- Hola, idiota- Saludó Minji sin voltear a verla mientras veía su teléfono. --Tardast... ¿Qué demonios hiciste con Sua?.- Chilló al dejar caer su teléfono en su pierna y voltear a verme.

-- Yo también te he extrañado tanto, Minji... Me hacían falta tus cariñosos insultos.- Dije sarcástica al cerrar la puerta del auto.

-- Pero mis insultos y yo hemos regresado.- Río abrazándome y luego nos separamos. Ella me me miró sonriente. -- Me he enterado de la discusión que tuviste hoy con Lee.- miré a Dami.

-- Yo apenas acabo de enterarme ahorita mismo.- se defendió.

--¿Y tú?- miré a Handong que se encontraba colocándose lápiz labial rojo.

--No me mires con esa cara. Una de las chicas del equipo de porristas comentaron algo en mi clase de Literatura. No creí que fuera cierto.

-- Por Dios, una chica de mi clase de francés me comentó, ¿Feliz? entonces, ¿Qué pasó?- preguntó Minji mientras arrancaba el auto, suspiré.

-- Pues ha vuelto a decir una mentira. De esas que suele decir sobre mí.

-- Bastarda, maldita hija de puta.- gruñó Minji apretando el volante.

-- ¡Kim Minji! - la reprendió Dami.

Abrí los ojos molesta y lentamente llevé mi mano a mi costado y me abroche el cinturón de seguridad en silencio. --Fui a buscarla, le grité, y terminó por hacerme esto.- enseñé las dos marcas y Minji abrió los ojos cómo plato, seguida por Dami y Handong.

--¡Dios mío!, ¿Te dejaste?.- dijo Dami alarmada.

--¡No, pero no pude zafarme de su agarre!

-- Ya veo.- Dijo Handong no muy convencida mientras Minji daba vuelta en una calle.

Minji, Handong y Dami intercambiaron miradas.

--¿No me creen?

-- Por supuesto Sua- acarició mi hombro.

-- Eh...- Minji miró a Handong y ella solamente regresó a su sesión con el lápiz labial y el espejo.

--¿Qué?

--Yo ya lo veía venir.- Sonrió y la miré confundida.

-- ¿Qué?- Handong río.

-- Tú estabas cegada por tu odio y repugnancia que no veías las cosas.-
Se detuvo para limpiarse las lágrimas que le había causado la risa.

Dinah sonrió divertida --Siyeon ha estado babeando por ti desde hace tiempo. Incluso las porristas dijeron que hacerte enojar la ponía "dura".- me sonrojé sabiendo a lo que se refería.

--¡Kim Minji!- Dami golpeó a Minji en la cabeza. -- No uses ése lenguaje con Sua.

--¿Ahora lo entiendes?- Dijo Handong mientras escuchaba de fondo a Dami y a Minji sobre el lenguaje "vulgar" de la coreana.

--¡Sí!- suspiré -- Hoy pasaron demasiadas  cosas... Siyeon se tomó demasiada libertad conmigo.- Minji levantó las cejas sugestivamente.

--¡Yay! esta noche será buena para ti, Sua.-  Dijo Minji girando en una calle y después se estacionó frente al nuevo local.

Cuándo el auto estuvo apagado, Dami y Minji fueron las primeras en bajar. Estuve a punto de salir pero la voz de Handong me detuvo -- Es un pequeño regalito, ya sabes de mejores amigas.-
Miré el pequeño sobrecito que había metido en mis pechos y me sonrojé sintiendo cómo el sobre metálico posiblemente estuviera caliente ante la temperatura que subió por mi cuerpo.

¡Un condón! Handong no cambiaba.

-- Pues te lo agradezco, pero no creo que tú pases desapercibida.- Reí aún con las mejillas calientes.

- Apostemos.- Sonrió Handong con malicia mientras bajamos del auto.

--¿Qué?

--¡Sí!- Minji exclamó entrando a la conversación. Tenía la pequeña sospecha qué el "regalito" era idea de las dos. --Si te llevas a Lee Siyeon a la cama, yo...

-¡Te llevas a la cama a Kim Yoohyeon!

--¿Qué?- chilló la coreana -- ¡No!, la aborrezco, Ew.

--Y yo a Siyeon.- levanté los hombros. --¿Trato?- le tendí mi mano y Minji la miró por algunos segundos hasta que soltó un suspiro de resignación.

-- Trato.

Minji río mientras me agarraba de la mano y entrábamos entre la multitud con Dami y Handong delante de nosotras. Apenas eran las nueve y las parejas ya estaban afuera besándose y tocándose. Reí para mis adentros 'Desesperados'. Pensé, el nuevo club era demasiado grande y aún así estaba atragantandóse de jóvenes. Había sillones en los costados, una barra de bebidas, una bola de disco arriba y solo con esa luz se veía en la pista.

--¡Vamos a bailar!- gritó Handong cerca de nosotras. A lo lejos pude divisar a Dami caminar hasta la barra en dónde se encontraba Gahyeon con otras chicas. No dije nada nada cuándo Minji me arrastró de nuevo entre la multitud hasta hacernos un espacio en la pista.
La música R&B retumbaba en mis oídos. Me dejé llevar no por mis pensamientos, si no por mis movimientos.

Disfrutaba tanto del baile. Mis movimientos no eran exagerados, eran lentos y muy placenteros. Y aún lo mejor era sentir la mirada de algunas personas sobre mí. Exploraban cada movimiento, cada palabra, cada parte de mi cuerpo. Algo único y excitante. Handong y Minji se acercaron a mí y pegamos nuestros cuerpos sin excedernos, algo que siempre hacíamos y a los chicos les encantaba. Justo en este momento, una mirada. Una más pesada que las otras. La podía sentir sobre mí. Sobre mi cuerpo. Entreabrí los ojos y vi esa mirada.

Afuera de la pista, con una mano sobre el vidrio de la barra golpeando lentamente su dedo índice conta el frío material y la otra sostenía una bebida azul brillante. Miraba detenidamente mis movimientos. Con una de la esquina de los labios elevada hacía arriba y con su mirada penetrante. Cómo si me estuviese desnudando con la mirada, heché mi cabello hacía un costado y volví a mirarla pero ya no la encontré; suspiré aliviada y Minji me dijo algo que no pude escuchar, solo la vi alejarse de la barra de bebidas.
Continúe bailando con Handong sin mucha importancia, ésta vez cerré los ojos dejándome llevar.

La música entró en mí y por un segundo olvidé todo. Sentí ser la única, aunque hubiese más de 100 personas en la misma pista. No obstante, unos segundos después no sentí a Handong enfrente de mí y luego unos brazos se pasaron en mi cintura pegándome a su cuerpo. Me estremecí al contacto y miré sobre mi hombro, sonreí y me giré sin ninguna palabra.

Ésta vez no caería, no ésta vez.

𝚂𝙴𝚇𝙾 𝚂𝙴𝙲𝚁𝙴𝚃𝙾  // 𝚂𝚞𝚊𝚢𝚎𝚘𝚗 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora