Vínculos (Bakugou Katsuki x T/n)

Razón humana

Bakugou Katsuki
Princesa de Eisen, el reino de hierro.

—¿____...?— Busque su silueta en mi alrededor, pero no podía encontrarla —¡¿____?!— Me levante de un salto y salí de la cueva gritando su maldito nombre como un maniático.

¿Dónde mierda está? ¿Se la llevaron? No, de lo contrario me hubieran intentado matar y me hubiera dado cuenta.

—¡____!— Grité una vez más por ella

—No grites por favor, aquí estoy, lo despertarás— Me llamó la atención

Solo estaba sentada bajo el sol, arrullando al bebé que tenía entre sus brazos.

—¿De dónde sacaste eso?— Pregunté por el contenido que había dentro de el largo termo de aluminio que estaba en el suelo, a su lado.

—Leche, me encontré con un amable pastor y le pedí para el bebé un poco de una de sus cabras, aunque creo que me dio demasiada— Contó con un sonrisa —Eso lo mantendrá contento por ahora— Y beso la frente del crío.

—¿Qué hay en la mochila?— Pregunte

—Algo de ropa que me regaló la esposa del pastor, también me dijeron que cerca de aquí hay un pequeño lago, deberíamos lavarnos y también podría lavar tu ropa— Dijo, poniéndose de pie y tomando el termo.

—No necesito que me laves nada— Fue mi respuesta para tomar la mochila con ropa y caminar hacia donde había señalado

—Está bien— Respondió sin insistir, caminando detrás de mí.

Como dijo, a un par de metros de la cueva encontramos el lago.

Me enfoqué en asearme para terminar rápido. Desate el pedazo tela que había anudado a mi brazo para limpiar la herida, pero todo estaba mal.

La herida se había oscurecido, con bordes blancos, sin duda estaba infectado y si no hacía algo pronto todo se iría a la mierda. Talle con fuerza para tratar de remover toda la porquería, pero por más que cerrara la boca era jodidamente doloroso.

—¿Todo bien?— No tardo en preguntar preocupada por mí

—Si— Respondí con rudeza, volteando a verle, para mostrar aún más sinceridad —¡Te dije que dejarás mis malditas cosas!— Le sentencié en el momento en que me di cuenta que lavaba mí ropa a la orilla del lago.

—Está bien salvaje, esta es mi forma de agradecerte por lo que has hecho por mí y por... él— Esa fue su respuesta.

—Como quieras— No me interpuse más, era inútil

Seguí con lo mío, hasta que vi como envolvió al mocoso entre una sábana y lo amarró con habilidad a su espalda para ponerse de pie.

—¿A dónde demonios vas?— Le cuestione al ver que no diría nada antes de irse, otra vez.

—Iré a buscar algo de leña para poder calentar agua para bañarlo— Dijo refiriéndose al parasito que llevaba pegado.

—Mierda— Dije dándome cuenta que ella no sabría moverse por el bosque y no podía arriesgar tanto en revelar nuestra ubicación

—¡Ah!— Exclamó, dándose vuelta avergonzada al ver que salí del agua desnudo

—Límpiate, eres demasiado tonta para moverte sola por el bosque, yo iré a buscar tu tonta leña— Dije, tomando el horrible pantalón que había para mí en la bolsa de ropa que le habían regalado.