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Mauro y Matías observaban dormir a Paulo, quien se encontraba mucho más tranquilo que antes.
Su respiración y su pulso había vuelto a la normalidad, por lo que no había necesidad de llamar a una ambulancia y recurrir a un doctor. Aunque nunca estaba de más que un profesional de la salud, revisará al cordobés, quien también era supervisado por Esku, que se había tomado el atrevimiento de subirse en la cama del ojiverde, para estar más cerca de su dueño.
— Paulo se veía bastante mal. — Matías comenta por lo bajo, queriendo acercarse al rubio, pero solo consiguió que Esku le gruñera un par de veces, en amenaza para que no se le acercará al ojiazul.
— Vamos Esku, quieto y calmado. — Mauro le ordena al animal, acariciando un poco la cabeza y orejas de este para que estuviera tranquilo.
— Al parecer no le caigo bien. — Vinscontti comenta por lo bajo, mirando fijamente a Esku, quien ya se encontraba un poco más sereno.
— Solo está nervioso por lo que le pasó a Paulo, eso es todo. — Monzón dice con una pequeña sonrisa, para que el otro no se sintiera mal. — Paulo y Esku tienen una gran conexión, y es bastante lógico que se sienta nervioso por ver a Paulo tan vulnerable. — agrega sin dejar de acariciar al perro. — Aunque solo se lleva mal con el Duko y nadie sabe por qué. — informa. — Quizás hay algo en él que no le agrada tanto y eso que conviven juntos desde hace mucho tiempo.
— Si es así, entiendo porque no le cae bien, a mi tampoco me da una buena pinta. — el morocho habla por lo bajo, mirando hacia otro lado al momento de decir aquello.
— ¿Por qué no te da una buena pinta? — Monzón le cuestiona al otro, habiendo escuchado las palabras del contrario muy claramente.
— Por nada, yo no dije nada. — Matías niega de inmediato lo que había dicho antes, haciendo que el peliblanco lo mire con curiosidad.
— Matías. — Monzón llama al morocho, quien solo ve hacia el suelo. — ¿Por qué no te da buena pinta el Duko? — pregunta nuevamente, pero antes de obligar al otro a qué le dijera algo, unos suaves quejidos se dejaron escuchar por parte de Paulo, quien aún mantenía los ojos cerrados. — Shhhh, ya pasó Pau, ya pasó. — consuela al rubio, pasando sus manos por la frente del antes mencionado. Notando que este empezaba a tener un poco de temperatura y eso no le parecía algo bueno. — Voy a buscarle un par de compresas para bajarle la fiebre. — anuncia, para después salir de la habitación rápidamente, dejando a Matías solo con Esku, quien lo sigue viendo con desconfianza.
— Hola. — Vinscontti saluda al animal con cierta amabilidad, ya que tenía algo de miedo a que se le fuera encima. — Yo no soy como él, así que no tienes porque desconfiar de mi, porque nunca lastimaría a Paulo. — indica, sintiéndose un poco tarado por estar hablando con un perro que obviamente no le iba a entender lo que le decía.
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|| 𝖲𝗈𝗎𝗅𝗆𝖺𝗍𝖾 : ᒪITᑕKO ||
Fanfiction"Amar es complicado, pero lo es más cuando el corazón de uno de los involucrados, se encuentra demasiado lastimado y no está dispuesto a sanar para empezar desde cero"