"Amar es complicado, pero lo es más cuando el corazón de uno de los involucrados, se encuentra demasiado lastimado y no está dispuesto a sanar para empezar desde cero"
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— ¿Te estás divirtiendo? — Paulo le consulta a Matías, una vez que habían llegado a un centro comercial.
Dónde no tardaron mucho tiempo en entrar e ir por algo de beber, para después recorrer algunos sitios de aquel gran lugar.
— Si, y mucho. — Vinscontti responde sonriente, tomando ya lo último que le quedaba de un batido de frutilla con leche, que Paulo le había comprado muy amablemente. — Este lugar es re grande. — comenta con sorpresa, siendo la primera vez, sin exagerar, que entraba a un sitio como este.
— Lo es, aunque hay algunos que son más gigantescos. — Londra responde, para después detenerse enfrente de una tienda que vendía varias cosas, aparentemente, para mascotas. — ¿Terminaste? — le consulta al otro, quien solo asiente con el bote de su batido de fruta ya sin nada adentro. — ¿Te parece si entramos y le buscamos unos juguetes a mi mascota? — inquiere, ya que le había ocurrido que era una buena idea llevarle algunas cosas a su lindo bebé de cuatro patas. — Se llama Esku y es un amor. — agrega, para sacar rápidamente su teléfono y así enseñarle un par de fotografías de su perro al otro, como buen padre orgulloso.
— Esku es muy bonito, aunque no me gustan mucho los perros. — Matías dice, ya habiendo visto varias fotos de aquel hermoso perro de raza pitbull de color café claro. — Porque cuando era más pendejo, un perro me quiso morder y yo no le había hecho nada. — comenta con una pequeña mueca en sus labios.
— Quizás no lo habían educado bien. — es la respuesta que Londra le da a Vinscontti. — Los perros no son malos, solo son maleducados por quienes dicen ser sus dueños. — indica, creyendo fielmente que la educación de un animal dependía demasiado de a quién le pertenecía. — Mi Esku es lindo con todos, aunque por alguna razón que aún no conozco, le tiene un gran amor-odio Mau. — confiesa.
— ¿El odia a Mauro? — Matias consulta, buscando un basurero para poder tirar lo que tenía en sus manos y luego volver rápidamente con el rubio, siguiendo así con su plática.
— A Lit lo ama demasiado, pero a Mau lo detesta. — el cordobés le explica, no queriendo que aquel confunda a Monzón con Lombardo. — Por si no te queda claro, Lit es tu Mauro, y el otro Mauro es el mío. — comenta tratando de no sonar tan pelotudo, aunque sí lo hizo. Ya que hizo que Matías lo vea con cierta indignación, al creerlo tan bobo. — Bueno... Se entiende, ¿Verdad? — inquiere, no queriendo meter la pata por segunda vez. — ¿Entramos? — consulta, recibiendo un "Si" por parte de Vinscontti.
