|| 𝖲𝗈𝗎𝗅𝗆𝖺𝗍𝖾 : ᒪITᑕKO ||

꧁ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ Tʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ Cᴜᴀᴛʀᴏ ꧂

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La respuesta de Lombardo, había dejado en silencio a Paulo.

Quien no sabía qué decir o hacer al respecto.

Caso contrario al de su novio, que respondió sin dudarlo.

— ¿Qué mierda quieres? — Mauro preguntó cortante, estando a la defensiva desde el principio.

— Mauro. ¿Qué es lo que te pasa? ¿Por qué estás molesto? — Guillermo le dijo confundido a su hijo, aunque sabía perfectamente el porqué aquel estaba así.

— ¿En verdad me estás preguntando eso? ¿O solo te estás haciendo el boludo? — el morocho comentó seco, escuchando como su padre hacía un sonido que denotaba mucha molestia.

— No quiero pelear con vos. — afirmó. — Solo quiero saber, si esa persona con la que te han visto es "el". — cuestiona, esperando a que el otro le dé una respuesta.

— ¿Por qué lo llamas él? ¿Acaso ya se te olvidó el nombre de tu propio hijo? ¿Ya se te olvidó el nombre de mi hermano menor? — Mauro réplica la respuesta que su padre le da.

— Matias no es mi hijo, y por ende no es tu hermano. Así que deja de decir tonterías y comienza a pensar un poco con la cabeza. — el mayor argumento serio. — Porque tú único hermano es Nahuel, y él es mayor que vos, no menor.

— Nahuel es tan hermano mío, como lo es de Matías. Al igual que con Cande, y no voy a pensar lo contrario. — alega, dando un buen contraataque. — Ahora decime lo que quieres.

— Quiero que te dejes de estupideces, y que me ayudes a deshacernos de él. — Guillermo confiesa sus intenciones ante su hijo.

Quien se toma su tiempo para responderle, evitando decir todos los insultos que se sabía, para que la conversación no fuera desviada por su alto vocabulario.

— No pienso ayudarte en nada, no pienso hacer nada que lastime a mi hermano. — el morocho contesta, sintiéndose impotente por las palabras de su padre. — Y para que te quede claro, pienso cuidar a mi hermano de todo aquel que quiera hacerle daño. — agrega. — Así que mejor no te metas con él, porque puedo hacerte mierda en un instante.

— No tienes nada para comprobar eso, lo único que tienes a tu favor, es el testimonio de un sucio bastardo.

— ¡MATÍAS NO ES UN BASTARDO! — Mauro grita alterado, no permitiendo que se refieran a Matías con aquella palabra.

— Mau, amor. — Paulo llama la atención de su novio, el cual prefiere mirar hacia otro lado, para que no vea su molesta mirada. — Amor...

— No, Paulo. — él antes mencionado responde, queriendo calmarse para seguir, pero sentía que era algo imposible de lograr por el momento. — Paulo, salite del coche, por favor. — pide, no queriendo llegar a la alternativa de utilizar su voz para que el otro le obedezca.

— Pero...

— Afuera. — Lombardo demandó, no pudiendo tener al otro en el mismo lugar que él.

No deseando que el rubio lo viera molesto otra vez, no cuando su pelea ya había sido lo suficientemente mala.

— Está bien. — Paulo obedeció sumisamente y en contra de su voluntad, esperando que su novio no se saliera de control.

— ¿Qué pasó? ¿Paulo está con vos? — Guillermo cuestiona ante lo que había escuchado.

— Eso no te interesa, y no quieras cambiar la conversación. — Mauro dijo serio. — No te vas a deshacer de Matias, así que mejor preparate para afrontar las consecuencias de tus actos. — afirma.