Sander
Después de comprar los 5 trajes salimos de la tienda, Diego no me dejó llevar ninguna bolsa, por lo que solo iba tomando su mano.
Si! Realmente se sentía emocionante, ahora era mi novio, podía tomar su mano en cualquier lugar.
—¿Podemos comer algo? Tengo mucha hambre— dije mientras apoyaba mi cabeza en su hombro.
—En realidad no podemos, mi hermano y Azúl nos han invitado a comer a su casa— dijo mientras caminaba a un pequeño lugar donde vendían licores— como agradecimiento llevaremos el vino— dijo entrando.
—Espera... eso quiere decir que ya no está enojado contigo?— pregunté desconcertado.
—Si, Azúl lo convenció, pero conozco a Ariel, se que igual va a estar sentido conmigo por un tiempo— dijo mientras revisaba los nombres de los vinos.
—Espero que no por mucho tiempo— él tomó un vino que era desmesuradamente caro para acabarse en solo una cena y lo pagó, salimos de la tienda para bajar al subterráneo donde estaba estacionado el auto para ir en camino a la casa de su hermano.
Después de dejar las bolsas en el asiento trasero subimos a nuestros respectivos asientos.
—¿Donde será el viaje?— pregunté mientras íbamos en camino.
—Es una sorpresa— dijo sonriendo.
—¿Al menos me dirás cuántos días estaremos fuera?—pregunté.
—Tal vez una semana— dijo mientras se concentraba en el camino.
Al llegar a la casa de su hermano, estacionados fuera de esta, tocamos el timbre y minutos después apareció Azúl abriendo la puerta con una gran sonrisa.
—Bienvenidos, adelante pasen— dijo dejándonos entrar.
—Buenas noches— dijimos ambos al mismo tiempo, luego se acercó Diego y abrazó cortamente a Azúl, luego me acerqué yo y imite su acción.
—Traje el vino— dijo Diego entregandoselo a Azúl.
—Bien, pasen a la sala, voy a dejar el vino a la cocina, vuelvo en un momento— dijo desapareciendo.
Diego me ayudó a sacar el abrigo que tenía puesto y lo dejo sobre el sillón, luego sacó el suyo y se sentó junto a mi.
—No estés nervioso— dijo tomando mi mano que estaba temblando pero no me había dado cuenta
—Si, trataré— dije sonriendo.
En un momento aparecieron ambos, Ariel y Azúl.
Diego y yo nos levantamos para saludar a Ariel.
—Bienvenidos.
—Gracias, buenas noches— dijimos ambos, Ariel y Diego se tomaron de la mano, habla un poco de tención el ambiente pero luego una mirada de Azúl a Ariel basto para que esta tención desapareciera, Ariel sonrió, abrazo a su hermano, ambos palmeando sus espaldas, luego, vino a mi, me abrazó cortamente.
—Creo que esta también es tu bienvenida a la familia— comentó sonriendo amablemente— ahora somos cuñados.
—Si, gracias por aceptarme— dije sonriendo mientras mi nerviosismo se calmaba.
—Por que no lo haría, no soy nadie para decir quien puede amar o no mi hermano, además él acepto a mi Azúl es justo que yo te acepte a ti— dijo mirando de soslayo a Diego.
—Siéntense por favor, voy a ir a buscar algo para servir por mientras y luego pasamos a comer— dijo Ariel, caminando de vuelta a la cocina.
Después de sentarnos empezamos a hablar.
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Aprendiendo a Amar
JugendliteraturDiego decide cautivar al mesero de una cafetería hasta tenerlo en su cama, cuando lo consigue decide que era mejor repetir, hasta que Sander le confiesa de que todo era una apuesta, que ya había ganado y que no quería seguir mintiéndole por lo que D...