♦️26. Nunca me basta♦️

2 1 0
                                    

Sander

—Ooh no, no puedo seguir con esto, cada día es más difícil!— grité hacia la nada, mientras miraba el río fluir, estaba cansado.

Había estado toda la semana evitando las visitas de Diego, la comida que traía para mi después de La universidad, sus pequeños regalos, la pintura.

Realmente se estaba esforzando y estaba en un dilema por que por un lado habían veces que me daban ganas de mandar todo a la mierda y decirle que lo intentamos de nuevo pero luego entraba en razón y me acordaba de mi objetivo, no iba a disculparlo o no tan pronto, por más lindo que fuera no podía, él me había hecho sufrir ahora le tocaba él.

Por otro lado teníamos a Drake que también estaba cortejándome diariamente, pero era diferente por que por más que me planteara tener algo con él solo para olvidarme de Diego no podía solo podía verlo como un amigo o compañero de cama nada más, imaginarme siquiera estar en una relación me aterraba y menos con alguien que no conocía realmente, aunque era un hipócrita por que cuando me había metido con Diego ni siquiera nos conocíamos, aunque el contexto era muy diferente por que lo había hecho solo para cumplir un maldito reto.

Me levanté de la cama, me vestí y luego tomé mi celular, un poco de dinero para ir a la cafetería, como de costumbre en un día sábado me tocaba ir a trabajar y a diferencia de unos meses atrás ahora me tocaba trabajar el día completo lo que significaba dos turnos y más dinero, todo era por la falta de personal aunque no me quejaba a pesar se todo me gustaba trabajar ahí, además me veía con los chicos.

Mientras caminaba a la cafetería pensaba en que iba a hacer más adelante con respecto a Diego, tal vez en un momento él se aburriría se perseguirme.

Ese pensamiento hizo que me llenara de miedo y de inseguridad, si quería hacerlo sufrir un poco pero tampoco quería hacer que el se aburriera de mi.

Al llegar a la cafetería fui a ponerme el delantal y sacarme el abrigo que traía puesto, luego salí a la barra, tomé mi libreta y lápiz para empezar a tomar órdenes, iba absorto de los demás solo me acerque a una mesa a atender mientras escribía la fecha y el nombre de la mesa, al levantar la cabeza con una sonrisa como de costumbre me llevé con la sorpresa de que estaba Diego con nada más ni nada menos que su nuevo chico asiático, mi sonrisa se desvaneció y un poco incómodo empecé a hablar.

—Hola, que van a querer ordenar?— pregunté dispuesto a anotar.

—Hola, yo quiero un Frapuccino, una pieza de kuchen alemán y una docena de galletas— dijo el chico muy entusiasmado.

—Hola precioso— cuando me llamo de esa manera tuve escalofríos por todo el cuerpo, sentí tener un déjà vu, la primera vez que nos conocimos me había llamado de la misma manera— yo quiero solo un café negro— dijo sonriendo coqueto— solo escribí sin decir nada, ni siquiera dije que esperaran un momento solo salí de ahí lo más rápido que pude.

Mientras le entregaba la orden a Jhon fui a atender más mesas por que quería distraerme, Esperaba que se fueran pronto no quería tener que verlos siempre los fines de semana y para más juntos.

No entendía el descaro de Diego me llamaba hermoso al frente de su nuevo amigo sexual, acaso el chico no se ponía celoso o incómodo, mire ligeramente en dirección hasta su mesa y no, de hecho el chico asiático reía mientras le conversaba, al parecer era muy liberal.

Saqué la mirada rápidamente cuando vi que Diego estaba volviendo la cabeza en mi dirección.

Seguí atendiendo y le pedí a otro chico que les llevara la orden.

—Sander!— Martín me habló, estaba en la otra esquina de la barra, fui hasta allá.

—Hola Mar— saludé sonriendo.

Aprendiendo a AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora