♦️15. Poca experiencia♦️

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Diego

El chico se había desmayado, por lo que terminé de correrme y luego me salí de su interior, fui al baño saqué el condón para desecharlo, luego tomé una toalla y volví a la cama lo volvi con cuidado, lo limpié, estaba todo su semen derramado a lo largo de su abdomen, al terminar lo tapé y volví al baño para dejar la toalla.

Guarde los juguetes, apague la música que para este momento apenas se escuchaba, me acosté a su lado, quería tener una noche con mucho sexo pero el se había desmayado, había algo que rondaba en mi cabeza, sin embargo se lo preguntaría mañana al despertar, cuando se había desmayado de repente, me asusté profundamente, pensé que le había hecho daño y era por eso pero el solo estaba demasiado cansado, mi noche de sexo estaba frustrada pero eso no era lo más importante, no estaba disgustado por eso si no por lo que había pensado después, había pensado en que podía ir a cualquier lugar a buscar a alguien para saciar mis deseos pero luego me sentí mal por que acababa de follar con él, como si un sentimiento de engañarlo pasara por mi cabeza, era demasiado absurdo, no estábamos en una de esas relaciones a las cuales se les prometía fidelidad, ¿Entonces por que no solo iba a un club nocturno a satisfacer mis necesidades?

Suspire y miré el chico a mi lado, su respiración era calmada, su boca entreabierta, sus labios rojos, levemente hinchados, su cabello rubio alborotado, tan lindo y llamativo como aquel día en que lo vi por primera vez, me había llamado tanto la atención, su hermosura inigualable, nunca había visto a un chico que me pareciera tan lindo, tierno y descarado a la vez, solo quería follarlo, tenía unas inmensas ganas de hacerlo, sin embargo no contaba con que volvería hacerlo una y otra vez, no podía creer que lleváramos más de un día follando, desde hace años no follaba con alguien más de una noche.

Me acerqué más a él acaricie su mejilla.

—¿Que tienes que me pareces tan especial?— le pregunté en un susurro sabiendo que no respondería por obvias razones— ¿Por qué hago cosas por ti que nunca había hecho por otras personas?— volví a preguntar, me acerqué a su rostro, en un impulso besé castamente sus labios, estaban secos pero tibios, con ese particular sabor al que siempre sabía su boca, lo atraje a mi cuerpo sintiendo la necesidad de abrazarlo para no soltarlo, me quedé dormido con el suspirando contra mi cuello.

ווווווווו×

Al despertar sentí un rico olor a panqueques, abrí los ojos lentamente, encontrándome con su rostro mirándome con una sonrisa y ojos brillantes, al parecer estaba bastante animado, me frote los ojos para luego sonreírle.

—Buenos días— hablé soñoliento.

—Buenos días para ti también— dijo separándose un poco— eh preparado el desayuno y tenia tanta flojera que decidí traerlo para que lo concomamos acostados— dijo sentándose para luego mostrarme una bandeja llena de comida, habían dos pocillos con frutas, yogurt y avena, dos vasos con batido de frutilla y arándanos, su favorito, dos porciones de panqueques con Nutella y una taza de café.

—Se ve tan delicioso— contesté embobado— gracias— agradecí empezando a comer, empecé por los panqueques que estaban tan deliciosos.

—De nada, espero que lo disfrutes— dijo ganándose a comer frente a mi— y disculpa por lo de anoche.

—Tranquilo, lo entiendo, yo debería disculparme a lo mejor fue mucho— reconocí mientras tomaba un poco de batido.

—No, si hubiera sido mucho realmente te hubiera pedido que pararas, lo de anoche estuvo fantástico— reconoció— solo estaba muy cansado explicó mientras tomaba un poco del batido y quedaba manchado con este, por lo que me acerqué y limpié la parte superior de sus labios donde se había manchado.

Aprendiendo a AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora