Diego
—Sander, despierta...— estaba tratando de despertarlo desde hacía 5 minutos, Sander solo se volvía o pegaba manotazos por lo que tuve que actuar con el plan b.
Lo destape por completo, me levante, caminé hasta los pies de la cama donde agarré su pie y lo arrastre hacia mi, lo tomé de la cintura, colocándolo en mi hombro.
—Pero que mierda!— chilló exaltado.
Lo llevé hasta el baño lo metí a la ducha y prendí la llave de agua helada.
—Ahhh! Apagala, apagala— gritó, la apagué solo por que si la dejaba más tiempo probablemente se enfermería— ¿Pero que te pasa? ¿Y por qué estoy en tu casa?
—¿Que por que estas en mi casa? Claramente no recuerdas nada por lo borracho que estabas, nos daremos una ducha y luego hablaremos de lo que sea que está pasando— dije firme, prendiendo la llave del agua caliente.
Al terminar de bañarnos nos colocamos batas y volvimos a la habitación.
—Creo que voy a empezar a vestirme, hoy es lunes y me toca clases temprano— dijo caminando a la puerta que daba al clóset, pero lo detuve.
—Tenemos que hablar, no puedes seguir evitandolo, es temprano todavía, si quieres luego te voy a dejar, pero es importante aclarar esto— dije mirándolo seriamente.
—Bien!
—¿Entonces por que ayer te fuiste como si nada pregunté.
—Por que estaba confundido, necesitaba pensar y no podía contigo en frente— explicó un poco alterado.
—¿Pero si podías en un bar lleno de gente que pudo hacerte algo?— pregunté enojado, él ni siquiera estaba preocupándose por él mismo.
—Si, exactamente.
—¿Al menos pudiste pensar?— pregunté.
—Si. Yo... tú... ya no quiero esto
—¿Que?— pregunté confundido.
—Que ya no podemos seguir con esto.
—¿Por que? Todo está bien, no lo entiendo, ambos tenemos química, los mismos gustos, queremos las mismas cosas.
—Yo estoy... no...— dijo como para si mismo no entendía pero quería que lo explicara ya— yo necesito decirte algo.
—Pues dilo.
—Fue un reto, todo este tiempo— soltó.
—No entiendo a que te prefieres— dije aún más confundido.
—En la cafetería muchos chicos y chicas coquetean conmigo, más a menudo de lo que creerías, el día en que entraste a la cafetería no cambio nada, tu coqueteaste conmigo, solo eras uno más, no iba a hacerte caso, no lo quería hacer pero mis amigos me retaron, dijeron que no podía lograr salir contigo más de tres semanas, por lo que no tuve opción, con lo que me chantajeo John era muy malo para mi, debía cumplir el reto, al principio no estaba muy entusiasmado, no me iba a acostar contigo ni una sola vez, hasta en un momento estuve dispuesto a rendirme y solo renunciar para que no se cumpliera con lo que me estaban chantajeando, pero luego todo cambio, empezamos a tener sexo y era bueno, aún lo es, muy bueno pero no puedo seguir mintiendo y el reto se cumplió hace dos semanas, juro que lo había olvidado pero hace unos días Martín me lo recordó y todo se puso confuso.
Estuve callado todo el tiempo, no dije nada, pero luego lo pensé.
¿Que mierda? El me engañó, nunca habían jugado tan sucio conmigo, es que nunca nadie se había atrevido a hacer algo así, me sentí utilizado pero buenos con mi orgullo en el suelo, realmente no sabia que me estaba pasando.
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Aprendiendo a Amar
Ficção AdolescenteDiego decide cautivar al mesero de una cafetería hasta tenerlo en su cama, cuando lo consigue decide que era mejor repetir, hasta que Sander le confiesa de que todo era una apuesta, que ya había ganado y que no quería seguir mintiéndole por lo que D...