--¿Sirius Black le contó algún plan que tenía para estas vacaciones? ¿Algo relacionado con el Callejón Diagon?-- le preguntó el Auror a Ginny
Ésta solo suspiró y siguió mirando por la ventana de la sala, completamente distraída.
Hace rato que había llegado un Auror del Ministerio a hacerle preguntas sobre el atentado ocurrido el día anterior, en el que inculpaban a Sirius. Ginny no estaba de humor para aquellas cosas, no había dormido bien, estuvo toda la tarde del día anterior sentada en el bosque llorando, y ni siquiera había desayunado porque su madre no le guardó comida, solo para sus hermanos, excluyéndola por completo.
La llegada del Auror había sido la guinda de la torta, de la mala mañana.
--No creo que mi hija sepa algo-- intervino Arthur, quien había sido el responsable de quedarse con Ginny durante el interrogatorio, debido a que ella era menor de edad y que a Molly ni siquiera le interesaba
--Igualmente, cualquier pista que ella nos dé es de suma importancia-- respondió entre dientes el Auror, anotando algunas cosas en un pergamino
Ginny se dio cuenta de inmediato, que el hombre no quería estar allí, pues su actitud seca y dura no le daba a entender otra cosa.
--¿Sabes si el señor Black tenía actitudes extrañas? ¿Cómo nerviosas o psicóticas?-- le preguntó nuevamente el Auror con fastidio
La pelirroja no lo miró, ni respondió, y continuó distraída mirando el borde del bosque, que rodeaba los campos abiertos alrededor de la madriguera. Sintió, como si alguien la observara desde la oscuridad de los árboles.
--¿Alguna vez le contó sobre sus planes?--
La voz del Auror la mantenía en la realidad, y le decía que no estaba soñando, o siquiera alucinando, pero claramente entre los arboles algo se movía. Parecía un animal.
--¡¿Sirius Black le habló sobre sus planes en el Callejón?!-- preguntó el Auror con voz mucho más fuerte, notándose molesto porque Ginny no le prestaba atención
--¡¿Qué es lo que está insinuando?!-- Arthur miró enojado al hombre
--¡Señor, creo que su hija no está entendiendo la gravedad de la situación, muchas...!--
Ginny por fin dejó de escuchar la ahora pelea que tenía su padre con el Auror del ministerio, para entornar los ojos buscando algún rastro de movimiento, en la lejanía del bosque. En efecto, algo se movía allí.
Al principio, creyó que podría ser un oso, pero el tamaño no coincidía con lo que ella creía. No parecía ser un animal mágico, porque la silueta era como la de un perro, un perro demasiado grande e imponente.
--Disculpe la molestia-- el Auror se levantó de su asiento mirando con disgusto a Arthur --Ya terminó el interrogatorio--
Ginny miró a los dos hombres en la sala, con mucha extrañeza porque ni siquiera se había dado cuenta del conflicto entre ellos. Lo malo, es que cuando vio de nuevo el bosque, ya no había animal alguno. Ni silueta. Ni rastro de que alguna cosa estuvo merodeando por allí. Haciendo mucho más extraña la situación.
--En ese caso, lo acompañaré hasta la puerta-- respondió Arthur también molesto, y junto al Auror caminó hacia la puerta principal
La pelirroja se enderezó en su puesto, de nuevo entornando los ojos y moviendo su cabeza tanto como se lo permitía su cuello, para detectar algo. Tenía la esperanza de que el animal volviera a aparecer y así poder distinguirlo, pero esto obviamente no pasó.
Arthur cerró la puerta principal, después de que el Auror saliera, y regresó a la sala con Ginny, intentando regalarle una sonrisa.
--¿Quieres que te prepare algo, pequeña?-- le preguntó dulcemente