14 - Atrapadas

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Advertencia: este capítulo será algo más largo de lo normal. Espero les guste.

La oscuridad invadía el lugar, tan densa que hacía imposible poder ver, en esta se hallaban dos niñas caminando, iluminando su camino con la tenue luz de una linterna, la cuál apenas podía mantenerse encendida. Cada paso provocaba un pequeño eco por lo estrechó del pasillo que apenas tenía espacio para ambas, una al lado de la otra.

Una de esas niñas era de cabello castaño levemente despeinado, traía una sudadera verde un poco sucia y le faltaba la manga derecha, debajo una camiseta morada y unos pantalones largos de color marrón también sucio. —¿Segura que puedes continuar?— pregunto a su compañera de forma amable y preocupada.

La joven a su lado sonrió. Ella era de cabello rubio algo anaranjado, estaba igual o mas despeinado que el de su amiga, a diferencia que ella traía un moño rojo para tratar de mantenerlo en su lugar. Traía un vestido rojo sucio y un poco rasgado el cual terminaba en forma de falda hasta sus rodillas. En su pierna izquierda traía atada la manga de su amiga, la cuál se había hecho roja por su sangre. —no te preocupes Charlie, de todos modos ya casi llegamos— respondió amable frunciendo el seño momentáneamente por el dolor. Cada paso era una agonía, pero lo soportaba, su pierna ardía constantemente y avanzar apoyándose en esta  era como si le clavaran cuchillos, pero se esforzaba por no demostrarlo.

Ambas siguieron avanzando, aunque Charlie no estaba segura de ello. Se detuvieron al estar frente a una puerta gris de metal que se confundía con la paredes del lugar las cuales eran grises y triste, un lugar sin vida que de vez en cuando con cada pequeña brisa del exterior tendía a crujir como si respirara. Charlie dudo antes de colocar su mano sobre el frío metal y empujarlo con fuerza, este dejo escapar un escalofriante chillido al abrirse. 

—cambia esa cara Elizabeth— regaño Charlie al darse cuenta de que su amiga la veía mal. Está última solo rodó los ojos para luego hacer señas de que entraran.

Charlie apunto con la linterna por la habitación, era cuadrada y algo pequeña, tenía una mesa de madera en el centro la cual podría caerse a pedasos si alguien colocaba algo sobre ella. A los lados había una estructura de concreto que simulaba unos gabinetes o lugares para guardar cosas, pero lo más llamativo de todo fue que está habitación tenía un refrigerador y un lavaplatos funcional.

Ambas entraron, no sin antes cerrar la puerta lentamente. Elizabeth se dejó caer en el suelo levantando una nube de polvo que no tardó en llegar a su nariz haciéndola estornudar y toser cuándo este llegó a su garganta.

—ten más cuidado, lo último que necesitamos es que te enfermes— regaño Charlie haciendo que la de ojos verde la vea feo.

—¡Estoy cansada!— Replicó en voz baja cruzándose de brazos.

Charlie solo volteo los ojos y negó con la cabeza.

Unos minutos después ambas estaban sentadas en el suelo frente a frente, Charlie había puesto la linterna en el piso para que iluminará la habitación. Cada una tenía una lata de guisantes listos para comer, que según Elizabeth sabían a tierra. Esta revolvía el contenido de la lata si ánimos de comer, mientras Charlotte comía cucharadas como si se tratara de medicina, sin masticar o saborear, solo tragar.

Termino la lata sacando la lengua en desagrado. —¿Esta bien? No has comido nada— pregunto preocupada.

Elizabeth solo la miro —¿Crees que saldremos de aquí?— bajo la mirada comiendo una cucharada de guisantes tragandolos de inmediato.

Charlie levantó una ceja Extrañada por la negatividad de su amiga —¡Claro que saldremos!— exclamó tratando de animarla.

—¿Segura?— tragó otra cucharada —llevamos no se cuantos días, día y noche corriendo y ya casi no nos quedan baterías— apenas terminó de hablar la linterna hizo un pequeño fallo parpadeando hasta quedar totalmente a oscuras.

Problemas Del Pasado (Fnaf AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora