Los viernes de Min YoonGi inician muy temprano, ese día la pastelería abre y siempre esos días son muy ocupados. Desde antes de abrir el lugar, preparaba más masa de diferentes postres porque siempre faltaba un poco más casi al final del día.
En el momento que sus otros dos reposteros llegaban, él tenía hecho esto para que ellos se encargaran del resto y así poder enfocarse en los pedidos personalizados, por suerte solo le faltaba uno y tenía tiempo más días para entregarlo. Así que decidí ayudar a Kai y Yuna a preparar los postres; ambos se habían convertido en sus aprendices desde hace un tiempo ya.
Media hora antes de abrir llegan los dos meseros que trabajan solo ese día, encargarse de todo solo ellos tres es una pésima idea y el trabajo de un día es conveniente al solo desear dinero extra.
La hora de abrir ha llegado, en ese momento todos dejan de enfocarse en lo que no sea cocinar y atender a los clientes, la mayoría solo viene a comprar algo y comerlo en otro lugar más cómodo. Las mesas del lugar se llenaban, pero no era raro ver una que otra vacía; es Corea y todos van de prisa con sus vidas.
—Kai, revisa las galletas del horno dos —ordena al menor. Una de las clientas había pedido un pequeño pastel para cumpleaños, por lo que estaba enfocado en decorarlo lo mejor posible y escribir el mensaje que esta le dictaba.
Una vez terminado, guardó el pastel en una casa cuidando de no dañar nada. La entrega fue hecha recibiendo una amable sonrisa de la joven, a la cuál, como siempre, respondió con una venida.
Volvió a la cocina revisando lo que se mantenía en los hornos, sabía que ni el alfa o la omega dejarían que algo se estropeara pero ya tenía la costumbre de revisar todo, aún cuando sus orejas se resentian por el calor que estos emanan.
—Jefe —le llamó Yuna, quién se encontraba decorando—, otro pastel.
Asintió y fue a ver la orden en la barra, antes de comenzar a decorar tomó una servilleta secando el sudor que se había acumulado en su frente. Hecho eso hizo lo pedido en el papel y repitió el empaquetado ya conocido, pero cuando estaba terminando de cerrar la caja se detuvo percibiendo algo raro.
Terminó la orden y despidió al cliente, antes de volver a la cocina dio un vistazo por todo el lugar encontrándose con unos ojos azules que lo miraban detrás de un menú. Al darse cuenta de que lo había visto, tapó todo su rostro y bajó sus orejas rosadas de conejo intentando ocultarse.
El alfa decidió no darle más importancia puesto que era normal que algunos clientes lo vieran mientras trabajaban, solo le extrañó que su instinto haya destacado esto.
Volvió al trabajo ignorando ello, aunque la sensación aparecía cada vez que se asomaba a la vitrina a atender a alguien.
—¿JiMin? —Kai se paró junto y miró hacia la mesa que le llamó la atención antes— ¿Qué hace aquí?
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Sweet Taste | YoonMin ♡
RomanceApenas lleva un año de haberse graduado de la secundaria y con pocas ideas de que hacer con su vida, JiMin se atreve a retomar su viejo amor por los postres, el lindo hibrido conejo entra a trabajar a una popular pastelería dónde planea observar al...