Apenas lleva un año de haberse graduado de la secundaria y con pocas ideas de que hacer con su vida, JiMin se atreve a retomar su viejo amor por los postres, el lindo hibrido conejo entra a trabajar a una popular pastelería dónde planea observar al...
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Las horas tienen su truco, muchas veces están a tu favor y otra veces no, JiMin estaba seguro que justo hoy ha querido ser su enemigo.
Sus ojos miraba las manillas del reloj en la pared avanzar lentamente, estaba ansioso de que el miércoles llegara rápido.
Si el primer día en la pastelería había pasado rápido, el segundo se tomó su tiempo para poder pasar.
—¿Sabes que irá más lento si lo ves? —Kai pasó a su lado llevando unos sacos de harina hasta la cocina.
JiMin lo miró mal, hoy tenía mucho menos trabajo que ayer; se encontraba completamente aburrido. Los alfas se encontraban haciendo pasteles mientras que la omega realizaba las flores de decoración; él también quiere ayudar.
Miró alrededor, no vio a YoonGi por ningún lado por lo que se acercó hasta la barra quedando alineado a la omega— Yuna —le llamó, esta solo hizo un sonido— ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?
La omega levantó su vista, le miró confundida— ¿No es hasta mañana que puedes hacer eso?
—Sí, pero estoy aburrido y puedo ayudar —la mujer no dijo nada, solo lo miraba—. En este momento el jefe no está, puedo ayudar en algo sencillo.
—JiMin, no creo que...
—Por favor —puchereo—, algo rápido para que YoonGi ssi no se de cuenta.
Yuna sonríe nerviosa viéndolo, pasa su vista del omega hacía atrás, JiMin lo ve confundido hasta que siente una presencia detrás de él haciendo que el aire no pase por sus pulmones— JiMin.
El pelirrosa forma una línea con sus labios— Jefe ¿Ya volvió? —pregunta inocente.
El alfa responde con un sonido afirmativo— ¿Y tú qué hacías?
JiMin voltea hacia el mayor quien lo veía con la misma expresión desinteresada de siempre— Nada, solo le preguntaba a Yuna sobre... ¡Su signo zodiacal! —atinó a decir— yo soy libra ¿Y usted, jefe?
—Ordena la bodega —dijo sin más el mayor. JiMin bajó sus orejitas, no le gustaba ese lugar—, ven, para que no estes aburrido.
YoonGi comenzó a caminar hacía la bodega mientras que JiMin miró a la rubia que tenía sus manos juntas en forma de disculpa. Resignado, siguió al alfa hasta el lugar, esté lo esperaba en la puerta del lugar.
—Jefe, yo... —el pelinegro abrió la puerta de la bodega, provocando un puchero en el menor— Es oscuro, da miedo.
El alfa asintió, entrando al lugar y encendiendo la luz— En esa pared está el interruptor —apuntó—, solo coloca las bolsas de harina sobre esa base de manera ordenada para poder sacarlas más fácilmente.
A JiMin no le dio tiempo de decir nada más, ya que el mayor salió del lugar cerrando la puerta— ¿Siempre estuvo esa luz? —se preguntó el omega, que la miraba con rencor—, pasé miedo por nada.
