Apenas lleva un año de haberse graduado de la secundaria y con pocas ideas de que hacer con su vida, JiMin se atreve a retomar su viejo amor por los postres, el lindo hibrido conejo entra a trabajar a una popular pastelería dónde planea observar al...
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Volver a la pastelería con una relación oculta lo hacía sentirse en una película de misiones secretas. La misión: no ser obvio de su romance con el jefe.
Obstáculo: Le gusta estar con el jefe.
Aún así, entró decidido a que esto afectaría tanto su trabajo. Ya dentro, lo primero que vió fue a YoonGi anotando algo en su libreta, sonrió como todo un enamorado, lo miraba en detalle y en ese momento su plan casi se va al carajo cuando justo el mayor se acerca con una obvia intención de saludarlo como se debe, Kai entra y, seguido de él Yoona: su saludo matutino fue arruinado.
—Parece que por fin llegamos al mismo tiempo —dice Yoona antes de ir a prepararse para el trabajo.
YoonGi asiente como normalmente lo hace, mientras JiMin lo hace sin mucho ánimo.
—Kai, hoy harás roles de canela, tenemos una orden —indicó YoonGi al alfa, miró a JiMin—. Tú lo ayudarás.
Ambos asintieron y se dirigieron a prepararse. Para ese momento el omega era consciente que no sería tan fácil como creyó, no es que nunca nadie le gustó antes, conocía muy bien esa emoción, pero hasta ahora su omega estaba expectante a cada cosa que YoonGi hiciera para él, pero que no puede hacer por su misma culpa; él fue quien le pidió que no lo confirmaran aún.
—¿No lograste dormir? —su primo le habló— Andas lento hoy.
—Un poco cansado, nada más.
Y recordó algo, odiaba mentirle a Kai. Siempre fueron unidos, cada uno su confidente y ahora se sentía como un traidor por no contarle de esto, aún cuando sabe que son adultos y pueden tener sus secretos. Terminó de colocarse su delantal y siguió a Kai a la cocina, mirando la receta y ayudando al alfa en lo que necesite. La elaboración de los roles era divertida a su parecer, como hacer un pan travieso. Eso lo puso de mejor humor, en un rato se olvidó del desánimo que lo alejaba de su misión.
Faltaban pocos roles para terminar la orden, estos prontos saldrían del horno por lo que con Yoona comenzaron con las galletas. En eso estaba, platicando con la omega cuando divisó a YoonGi pasar frente a la cocina hasta la puerta.
—Los roles están listos. —anunció Kai antes de sacarlos y comenzar a empaquetarlos.
Volvió su vista a la puerta, quería ver un poco más al alfa, en eso notó que este parecía hablar con alguien y volver en sus pasos, esta vez acompañado de una mujer mayor y una más joven. Ambas sonreían y miraban los roles, supo que eran quienes las habían ordenado.
—Huelen delicioso. —halaga la señora a lo cuál la joven asintió.
—Muchas gracias, nuestros reposteros hicieron el mejor trabajo —respondió YoonGi serio, pero no grosero, lo habitual.
Esa respuesta hizo sentir orgulloso al omega de su trabajo, él había ayudado en gran medida a la creación de estos después de todo. Pero esa alegría se drenó de su sistema cuando notó la mirada de la joven sobre YoonGi, este ni la notaba porque estaba explicándole los ingredientes a la señora, pero a la mirada coqueta no le importaba esto.
