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El fin de semana llegó, y con él la esperada "cita" con Younghoon.
Si bien no habían concretado nada en el momento en el que el mayor preguntó por la salida, si que intercambiaron números para poder hablar; llegando a la conclusión de que ese viernes por la tarde noche, ambos estarían libres.

El medio día del viernes llegó, Chanhee terminó su jornada laboral cuando el último niño fue recogido por sus padres. Ese día no vio al alfa, pues este  avisó de que su hijo se iría con Eric.

Hacía ya un par de semanas, Eric preguntó a Sunwoo si quería ir a su casa a jugar; comerían la deliciosa comida de su papi Jae y jugarían en su bonito jardín al fútbol. Ambos niños disfrutaban ese deporte, e incluso estaban mirando la posibilidad de inscribirse en el equipo del colegio, el año siguiente, ya que todavía eran muy pequeños.
Por supuesto que el pequeño moreno pregunto a su padre si podía ir a casa de su amigo, quién al ver la emoción en los ojos de su hijo, no pudo rechazarlo. Younghoon sabía perfectamente los riesgos de que su hijo entrara en contacto con la familia de su otro padre, es más, no quería, ni tenía pensado volver a encontrarse con ellos; pero tampoco podía hacer que su hijo  perdiera al único amigo que tenía, a parte de sus "primos", Haknyeon y Bomin.

— Adiós Joy, ya han venido a recoger a mi último niño, así que me voy a casa. — Chanhee terminó de recoger sus cosas y se despidió de su compañera y amiga.

La chica que se encontraba aún en la sala de profesores, se despidió del pelirosa — ten una buena tarde y pásalo muy bien en tu cita con el sexi señor Kim. — dijo riendo. El menor se sonrojó y sonrió un poco

— Si, gracias — salió por la puerta apresurado y con los colores hasta el cielo. En cuanto llego al aparcamiento, se subió al coche y lo único que pudo hacer en cuanto estuvo dentro de la soledad del vehículo, fue reír y pensar en el mayor, a quien tenía muchas ganas de ver.














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— Oh Chanhee, ¿vas a salir? — dijo emocionado su hermano — ¿Times una cita?

El omega no acostumbraba a salir mucho, ni siquiera con amigos, por lo que Sungyoon al saber que su hermanito tenía una cita, se emocionó.
Y claro que su pequeño sobrino, tampoco quedó fuera de esa emoción.

— Que guapo estás tío Chaniii — El niño corrió a abrazar a su tío, dándose cuenta de que no podía percibir el dulce olor de este. Frunció el ceño — no huelo tu aroma — se separó un poco del mayor y lo miro, para después treparle un poco y oler su cuello, donde normalmente el olor se intensificaba.

— ¿No confías en tu cita?, si es así, entonces no permitiré que mi hermanito se encuentre con alguien en quien no confía, as saber que ha hecho para que hayas tenido que neutralizar tu olor... — el mayor comenzó a garruchas para su mismo, mientras los dos menores le miraban intentando aguantarse la risa.

— No, no es eso — soltó una pequeña risa — si confío en él, No creo que Younghoon sea ese tipo de alfa. Es solo que mi-

Fue interrumpido por el grito de su hermano — ¡TÚ CITA ES KIM YOUNGHOON! ¡EL PADRE DEL AMIGO DE BOMIN! ¡UNO DE LOS AMIGOS CERCANOS DE MI MARIDO! — nadie en la sala entendía el porque se había impresionado tanto, no era la gran cosa.

— Si, ese mismo — sonrió el menor.
Por el contrario, Sungyoon solo le dedicó una pequeña mueca. No conocía la historia de Younghoon, pero el tener un cachorro sin pareja, le hacía pensar que su hermano nunca recibiría el mismo trato que tuvo su anterior pareja.

— Vamos cariño, deja que Chanhee se divierta en su cita, mientras que nosotros dos no divertimos juntos, en cuanto dejemos al niño en el cumpleaños de ese amigo suyo tan raro — el alfa apareció y se acercó por detrás a su pareja, para rodearle con los brazos, mientras dejaba algún que otro beso por el cuello y la cara.

Por otro lado, el pelirosa solo pudo poner cara de desagrado y tapar los ojos y oídos a su sobrino— Ya me voy, no quiero ver más...divertíos haciendo lo que sea que vayáis a hacer. — hizo una última mueca y se despidió.

— ¿Qué vais a hacer cuando me dejéis en el cumpleaños de Joochan? — pregunta to inocentemente el niño a sus padres.

— Anda vamos...ya es tarde y tenemos que recoger el regalo primero — dio un golpecito a su esposo y tomó a su hijo de la mano para salir hacia el coche.











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Cuando Chanhee salió de la casa suspirando y diciéndose algunas cosas sobre lo que acababa de ver, pudo ver una cabellera castaña dándole la espalda. Aspiró un poco el aroma del mayor y se apresuró a llegar donde estaba Younghoon.
— ¿llevas mucho esperando? — preguntó en cua to lo vio.

El mayor se giró y le sonrió — Hola Chanie, no. He llegado hace poco, Justo te estaba escribiendo que ya estaba. — el otro asintió y le devolvió la sonrisa.

El mayor se acercó a la puerta del copiloto y la abrió para su acompañante. — por favor, dijo educadamente, indicando que entrará. Un pequeño "gracias" se oyó.
En cuanto se aseguro de cerrar bien la puerta, fue al otro lado y se subió — ¿nos vamos? — el menor asintió — genial, espero que te guste el sitio. Es uno de mis favoritos, y la comida es muy buena.

— ¿No será uno de tus restaurantes y solo estás haciendo publicidad, verdad? — bromeó Chanhee, a lo que el moreno solo pudo reír.

— No, pero el dueño es un amigo mío y el lugar es verdaderamente bonito, a parte de la gran calidad de servicio y comida.

Ambos estaban emocionados.











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Eran cerca de las cuatro y media de la tarde. Al ser viernes, los niños salían más temprano, lo que significaba más trabajo para los padres, y ese día, Jaehyun lo tenía por dos. Su hijo quería invitar a su amigo del colegio a casa y aunque el se había negado un poco, su esposo consintió al niño como de costumbre.

Claro, como él tiene que trabajar y no llega hasta tarde, no tiene que soportar a dos niños corriendo y gritando. — el lobo de Jaehyun habló sabiamente, o eso pensó Jae.

No le malinterpreten, al solo estaba cansando, salía de trabajar apresurado a buscar a sus hijos al colegio, después los llevaba a casa, preparaba la comida, limpiaba la cocina y cuando llegaba su momento de descanso, no lo conseguía, pues tenía que jugar o atender a su revoltoso hijo. Él adoraba a su pequeño lobito, pero a veces deseaba que tuviera un botón de apagado.

Jeno por lo menos era tranquilo y con sus cortos nueve años, ayudaba con las tareas de casa. Para la suerte de su padre, había sido invitado a pasar el fin de semana a casa de su amigo Jaemin.

Aprovechando que ese día hacía buen tiempo, y que su hijo estaba acompañado, decidió descansar un poco en el jardín. Se sentó a tomar un poco el sol, mientras vigilaba que los niños no hicieran una de las suyas, claro. Estaba seguro de que si apartaba la vista por un momento, aparecería alguno de los dos niños subido al tejado, llorando, y él desperado y teniendo que llamar a los bomberos. Y lo más probable era que ese niño, fuese su propio hijo.

Love so Sweet || BbangnyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora