Capítulo 2

157 22 0
                                    

Era de madrugada cuando la familia se dispuso a tomar su vuelo directo a China. Se sentía extraño volver y más cuando se enteró que su padre vivía en la misma ciudad donde ellos vivirían.

Cuando aterrizaron fueron recibidos por un ambiente un tanto frío y la luz de la luna, un anochecer encantador.

Tomaron un taxi y se dirigieron directamente a su apartamento que habían comprado con anterioridad a su llegada. Aunque quisieran ver la ciudad ese día era imposible, el avión de Panamá a China los dejo en otra ciudad y por ello tuvieron que tomar otro vuelo a la otra cuidad de destino. En fin un día muy pesado para todos.

Al día siguiente, no fue tan diferente. El cambio de horario les pego más fuerte de lo que pensaron, levantándose prácticamente a las 2 de la tarde.

Nadia pidió delivery ya que no había despensa comprada así que sí o sí, tenía que salir hoy.

Después del almuerzo Nadia se retiró a comprar la comida necesaria y los jóvenes junto a la anciana se quedaron a arreglar el lugar. Pasado un tiempo todos los equipajes habían sido acomodados.

El departamento era notoriamente más grande que su casa anterior, contaba con 5 cuartos separados, dos baños, una sala de estar muy bonita y acogedora, una cocina medianamente grande, al frente de la sala de estar estaba una gran ventana pero lastimosamente no tenía azotea pero aún así se podía ver la maravillosa vista. Este departamento estaba ubicado en una urbanización muy cerca de la cuidad por lo tanto no era tan costoso como los departamentos de lujo en el centro de la cuidad.

Pocas horas después de terminar cada quien se ocupó de lo suyo, minutos después llegó Nadia con muchas bolsas de comida, la cual fue ayudada por los más jóvenes para luego ocuparse de acomodarlo o darle un lugar a los nuevos utensilios.

Luego de que terminarán Wang Yun propuso visitar la ciudad ya que desde que abordaron el país no habían ido a pasear.

-Vallan ustedes, yo estoy muy vieja para andar por ahí con este frío que debe hacer afuera.- respondió margarita mientras tomaba asiento en su mueble caliente.
-Es ciento a-Yun, no molestes a tu abuela, bien sabes que ella detesta el frío.- dijo Nadia a la vez que colocaba algunas cosas de importancia en su maleta.
-Okey- dijo un tanto decaída.
-Nos vamos?- pregunto en la puerta Wang Cheng.
-Corran, ¡ Vamos! , ¡ Vamos!- jalaba Wang Yun a Wang Xiao.
-Ay.. no jales- se quejó

Así la alfa y sus cachorros de despidieron de la anciana para tomar rumbo a la cuidad.

No les tomo más de 15 minutos estar en Beijing. Mentiría si dijera que no se asombraron, porque quién no lo haría; Beijing era una cuidad enorme, con muchos rascacielos a su alrededor, construcciones asombrosas, luces, tecnologías que se vendían en las grandes pantallas de publicidad, todo esto embobaban a los pobres jóvenes que ya habían olvidado que era estar en aquel país.

Fueron a muchos lugares turísticos de la zona, se tomaron fotos, compraron nuevas ropas, junto a los materiales que necesitaban para sus clases. Después de ello volvieron a casa cansados pero felices.

Ni pasado un mes y las clases ya habían comenzado.

Wang Cheng estudiaba en Peking University junto a su madre que hacia de profesora, mientras la mediana había firmado un contrato para ser Idol y la pequeña estudiaba en keystone academy.

Wang Cheng se levantaba a las 5 de la mañana, preparaba sus cosas y se alistaba para salir a las 6:40 por tarde. Su madre se había tomado la libertad de comprar un vehículo para el transporte de todos.

- ¿Nerviosos?- preguntó Nadia mirando por el retrovisor a sus hijas y luego mirar a su hijo al costado.
-¿Es notorio?- preguntó Wang Xiao un tanto pálida y tensa.
-Cariño relájate, tus hermanos también están un tanto nerviosos y si sigues expulsando más feromonas los tres se pondrán peor- comentó Nadia dejando salir feromonas cálidas para relajar a sus cachorros.
-Lo siento..- murmuró.
-Tranquila, a veces es bueno expulsar las emociones-, explico Nadia viendo por el retrovisor.
-Está bien mamá- sonrió para luego regular sus emociones.

Un tal vez muy recurrenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora