DEATH (Manjiro Sano/ Mikey)

Capítulo 26: Sobriedad

2 de Noviembre de 2005

Kata nunca había entendido el motivo de caridad. Siempre había pensado que todas las acciones que cometían las personas lo hacían por simple interés propio, o que ocultaban un motivo detrás de esa buena acción.

Era imposible que una persona fuera caritativa al completo, eso no existía. Las buenas acciones requerían verdades ocultas. Al menos eso es lo que ella pensaba.

Hasta que un día le tocó a ella...

Hace dos años...

Una pequeña chica de 12 años iba caminando por la calle, le habían pedido comprar unas cosas en el supermercado para el almuerzo.

Iba observando los escaparates de los diferentes locales, le hacía gracia ver su imagen reflejado en el cristal de las tiendas.

Paró su andar al quedar observando su reflejo en uno de los escaparates. Al instante se dio cuenta de que se trataba de una peluquería. Observó con detenimiento, encontrando a una chica con el pelo extremadamente largo cortárselo.

La peluquera en vez de tirar esa cantidad de mechones los ató y se los llevó a otro lugar.

Eso extrañó a la chica, hasta que recordó que había oído hablar de donaciones de cabello. Volvió su vista al reflejo e inconscientemente se acarició las puntas.

— ¿Segura que lo quieres cortar tanto? Tienes un pelo muy bonito, y la medida para la donación es más que suficiente con esto. —explicó la peluquera.

— Sí, lo quiero por ahí. —contestó Kata.

— Está bien...

...

— ¿¡Pero que te has hecho?!—gritó una Aneko de 17 años de edad.

— Me he cortado el pelo.

— ¡Eso no es un corte, te has quedado casi calva!—gritó horrorizada— ¡¿Cómo se te ocurre hacer semejante tontería?! ¡¿Qué dirán ahora los vecinos?! ¡¿Y en la escuela?!

— ¡¿Qué está pasando ahí?!—gritó la madre de ambas chicas desde otra habitación.

Al ver que ambas hermanas comenzaron a discutir, Kazumi agarró al pequeño niño de 5 años y fue en dirección al salón, donde provenían los gritos.

— ¿Qué os he dicho de gritar en casa?—la mujer con el pañuelo en la cabeza abrió los ojos sorprendida— Kata... ¿Qué te has hecho, cariño?

— Me he cortado el pelo. —dijo acariciando su nuevo corte.

— Parece un chico. —contestó Aneko molesta.

— ¡¿Cómo?!

Ambas hermanas continuaron discutiendo. Kazumi tuvo que separarlas. Cada una se calmó.

— ¿Por qué lo has hecho?—le preguntó a la menor, lo más serena posible.

— Porque he donado el pelo para personas con cáncer... como tú...

La mujer abrió los ojos sorprendida. Podía notar como el rostro de Kata se entristeció, estaba a punto de llorar. Kazumi se acercó hacia ella y la abrazó.

— Lo que has hecho es muy bonito. —le acarició la cabeza con sutileza— Muchas personas agradecerán ese gran acto. Has tenido que tener mucha voluntad para hacerlo...

— Lo siento...

— ¿Por qué lo sientes?—se separó de ella— Eso te hace ser una gran persona. Estoy segura que en un futuro...—señaló el corazón de la chica— Harás grandes cosas por los demás...