Capítulo 28: Te quiero

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9 de Noviembre de 2005

La habitación se encontraba en completo silencio. También era normal a esas horas de la madrugada de un miércoles. Pero Kata no podía conciliar el sueño.

Estaba sentada en el suelo, con la espalda apoyada sobre la cama. Revisaba su teléfono. El brillo de este era lo único que alumbraba la habitación.

Aburrida, apagó el aparato y miró hacia su cama. Ahí se encontraba Mikey, durmiendo como un niño pequeño. Parecía tener un sueño profundo.

La chica se arrodilló para alzar más la mirada hacia la cama, y apoyó sus brazos sobre esta, dejando caer su cabeza sobre los brazos. Se quedó un rato observando como el rubio dormía plácidamente.

No sabía cómo había llegado a esta situación. Desde que se volvieron a encontrar, el pandillero no la había dejado tranquila en ningún momento. Llevaba toda la semana encontrándolo en su habitación, o simplemente la esperaba en la puerta de la escuela.

Aunque muchas veces no hablaban de nada, su mera presencia era suficiente para él. Kata notaba muchas veces como Mikey luchaba con el conflicto en su interior, pero no podía hacer nada, ella estaba igual. Pero al menos podían apoyarse mutuamente.

Según le había dicho el pandillero, estaba comenzando con pequeños insomnios, eso era uno de los motivos por lo que se colaba en la habitación de la chica, ya fuera para hablar hasta largas horas en la madrugada, o dormir con ella.

Kata a su vez, intentaba afrontar varias emociones a la vez. El dolor que sentía por Baji era inmenso. Nunca hubiera imaginado que el pandillero hubiera profundizado tanto en ella. Y por otro lado estaba Mikey.

Cuando estaba con él sentía paz, pero a la vez tristeza. Quería estar con él. Abrazarlo, decirle que todo iba a estar bien, acariciarlo...

Sentía como si una pequeña fina línea no le dejara hacer nada de lo que quería, aun teniéndolo tan cerca, y eso le frustraba.

Con delicadeza, apartó uno de los mechones rubios del chico. Se le veía muy tierno durmiendo.

Se acercó un poco más hacia él, quedando a escasos centímetros. Y ahí estaba de nuevo esa sensación, como todas las veces que lo besó en un pasado. Dudó durante unos segundos.

"— Ōkan-chan... creo que deberíamos de tomarnos un tiempo."

Esa frase apareció en su mente. Así que retrocedió cabizbaja.

No podía hacerlo, era esa la voluntad de Mikey. Y por mucho que le doliese, debía de afrontarlo.

Tal vez era lo mejor para ambos.

10 de Noviembre de 2005

— ¿Creéis que Draken-kun me regalará algo?—preguntó Emma dudosa.

— Es cierto, ya mismo es tu cumpleaños, Emma-chan. —recordó Kata. Esta asintió orgullosa.

Ambas chicas se encontraban sentadas en el sofá de la casa de Fujimoto. La adolescente inconscientemente miró en dirección hacia el rubio. Este estaba tumbado, de una forma poco saludable para su espalda, en un sillón cerca de ellas. Miraba la televisión distraído.

— ¿Por qué crees que él se preocuparía de comprarte algo?—soltó el chico.

— ¡Ehhhh! ¡¿Y por qué no lo haría?!—contestó molesta la rubia.

Ambos hermanos comenzaron a discutir tontamente. El primero picando a su hermana, y la segunda respondiendo agresivamente.

Kata tan solo miraba aquella escena en medio de ambos. Ya tenía suficiente con discutir con sus hermanos, como para presenciar la pelea de otros.

DEATH (Manjiro Sano/ Mikey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora