Capítulo 3: Hisoka y Aneko

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Kata llegó a casa cansada. Cerró la puerta detrás de ella con rapidez y violencia. Sabía que a esas horas de la noche podría despertar a cualquiera, pero sinceramente, su mente no le tomó necesidad.

Tenía otra cosa rondándole la cabeza.

Se dejó apoyar en la puerta. Realmente le faltaba el oxígeno, tendría que hacer más ejercicio, no tenía resistencia ninguna.

— ¡Al fin llegaste!—se escuchó desde la cocina. La chica suspiró cansada, sabía lo que venía.

— Hola Aneko. —saludó Kata lo más tranquila posible.

— ¡¿Sabes la hora que es y tú todavía en la calle?!—se acercó su hermana mayor enfadada. Físicamente se parecían bastante, en comparación de que la hermana de 19 años tenía el pelo extremadamente largo, le llegaba a las caderas, pero el color de ojos y pelo eran exactamente iguales a los de Kata.

— Me pusieron más horas extras y acabo de salir ahora. —en parte no mintió. Era cierto que salió más tarde por culpa de su jefe, pero no iba a decirle sobre el altercado que sucedió después.

— ¡Que sea la última vez! Hisoka estaba asustado.

— Lo siento. —se disculpó. Sentía como todo su cuerpo pesaba y sus párpados se cerraban.

— No lo sientas. —dijo severamente— Por una vez que no tengo guardia y me encuentro a tu hermano llorando y con hambre, y ¡solo! Kata, tienes que hacerte responsable de él mientras yo no esté. —y en ese momento comenzó el sermón de hermana mayor.

Luego de un rato en el que Aneko hizo un monologo y Kata escuchaba atentamente, al fin la dejó irse.

Encendió el grifo de la bañera y se adentró al agua caliente. Necesitaba relajarse. Últimamente estaba acumulando demasiado estrés y eso estaba afectando a su cuerpo. Los exámenes finales estaban cerca y los problemas en casa empeoraban cada día más.

— Ojalá esto termine pronto. —suspiró con tristeza.

A su mente le llegó el momento antes de llegar a casa, causando que el estrés volviera y sus mejillas se volvieran completamente rojas. Podía sentir hasta sus orejas arder.

— ¡¿Qué he hecho?!—soltó nerviosamente. Como si no tuviera suficientes problemas, ahora estaba señalada por dos líderes de una banda pandillera.

Hace un momento atrás...

Creo que debería de irme... ya se ha hecho tarde. —dijo volteándose para irse a su casa.

¡Ahhh!—se quejó el rubio haciendo un puchero— ¡Encima que te he salvado la vida, ¿te vas a ir así?!

La adolescente volteó mosqueada— Ya te he dicho gracias.

Mikey comenzó a caminar lentamente hacia ella, como la primera vez que se vieron. Un escalofrío recorrió la espina dorsal de ella, esos ojos oscuros la penetraban cruelmente sin emoción alguna.

Te perdono tu descortesía si a cambio me dices tu nombre. —soltó a dos palmas de ella.

Fujimoto...—soltó inconscientemente.

Ese no...Quiero saber tu nombre completo.

¿Mi- mi nombre? —preguntó atónita. Este asintió con expresión seria. No lo decía en broma.

¿Cómo iba a decirle su nombre si no lo conocía de nada? Ni siquiera quería que hubiera sabido su apellido.

El rubio comenzó a acercarse lentamente a la chica, provocando que esta se pusiera más nerviosa.

DEATH (Manjiro Sano/ Mikey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora