DEATH (Manjiro Sano/ Mikey)

Capítulo 7: Un pequeño altercado

21 de Julio de 2005

Kata estaba esperando a la chica rubia. Se suponía que habían quedado en un parque cerca de la zona comercial. La chica miraba el teléfono, llegaba 10 minutos tarde.

— ¡Kata-chan!—se escuchó una voz femenina a lo lejos. Era Emma saludándole con una radiante sonrisa.

— ¡Hola!—le respondió sonriente.

— Siento llegar tarde. Mi hermano ha hecho de las suyas de nuevo.

— No hay problema.

Ambas chicas comenzaron a pasear por el centro de la ciudad. Como siempre, la zona estaba repleta de gente. De vez en cuando, las dos paraban enfrente de escaparates para mirar variados conjuntos.

— No sabía que conocías a la Toman. —dijo la rubia pensativa— Nunca había visto a más chicas allí que no fueran novias de algún integrante.

— Lo del otro día fue pura casualidad. —la chica de ojos miel la miró curiosa— Fui arrastrada por Takemichi-kun.

— ¿El gallina?

Ambas pararon a las puertas de un restaurante.

— ¿Entramos?

Kata miró encontrándose con su lugar de empleo, y un poco nerviosa contestó:

— Mejor vayamos a otro. —sinceramente no tenía ganas de encontrarse a su amargado jefe en su día libre. Demasiado que le tenía que ver la cara todos los días.

— ¿Por?

— Es largo de contar.

Durante otro rato siguieron caminando, hasta encontrar una cafetería que les gustó a ambas. Se sentaron en una mesa de la terraza exterior.

— Así que trabajas allí. —la chica asintió— Eso tiene más sentido.

Ambas pidieron unos refrescos. Ese día era bastante caluroso.

— Por cierto, ¿puedo hacerte una pregunta?—llamó la atención de su acompañante. No obtuvo respuesta, pero con la mirada le dio permiso para continuar— ¿Por qué Takemichi-kun?

Emma comenzó a reír.

— ¡No te hagas ideas equivocadas!—continuó riéndose— ¡No me gusta para nada el gallina! ¡Y tampoco sabía que tenía novia! Si lo hubiera sabido, nunca me hubiera acercado a él.

— ¿Entonces?

La rubia calló de momento, llamando la atención de Fujimoto.

— Bueno...pues...es un poco vergonzoso. —la actitud extrovertida de la adolescente se convirtió en pura timidez, incluso podía notar cierto sonrojo en sus mejillas.

— Lo hiciste para dar celos, ¿verdad?—Kata apoyó el codo en la mesa y a su vez la barbilla en la mano. La situación le resultaba entretenida.

Emma la miró sorprendida— ¡¿Cómo lo supiste?! ¡¿Tan obvia soy?!

Fujimoto comenzó a reír— ¡Un poquito!—a los pocos segundos se calmó— ¿Y quién es el afortunado?—le dedicó una sonrisa pícara.

— Pensaba que era bastante obvio. —eso desconcertó por completo a la chica— ¿De verdad no sabes?—Kata negó desconcertada. Emma suspiró cansada— Es Draken.

Draken... nunca se lo hubiera imaginado.

— Creo que haríais una bonita pareja. —le dedicó una cálida sonrisa.