Capitulo 4

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-Destierro-

Capítulo 4: Fuerza Eléctrica-Reescrito-

~Cuatro Meses después~

Era una noche de luminosidad inestable; nublado y sin luna, lo que normalmente provocaría un ambiente de oscuridad total, pero dicha oscuridad era vencida ante la inestabilidad de la luz de los truenos y relámpagos naturales constantes en este lugar en particular. Llovía, pero aquello no era dependiente de la tormenta de rayos y truenos eterna. La lluvia era escasa y rara vez vista salvo en esta época del año, pero pese a llover o no llover los truenos, relámpagos y nubes seguirían por siempre gracias a la particularidad magnética de la zona.

La temperatura era anormalmente baja provocada por la fría lluvia torrencial y el invierno de la temporada. Pero dos cuerpos desnudos en una única bolsa de dormir no parecían afectados para nada por las bajas temperaturas o por la falta nula de ropa. Por el contrario, la figura femenina dormía plácidamente apoyada en tórax de la figura contigua masculina, mientras que este disfrutaba relajadamente de la visión femenina, otorgada parcialmente gracias a la luz irregular de la tormenta eterna en el exterior y la pequeña fogata en el interior de la cueva.

Mientras una mano del joven estaba cubriendo el hombro de la joven, utilizando su pulgar para acariciar un tatuaje con forma la espiral de Konoha, la otra estaba sobre la mano de la joven situada en el pecho de la figura masculina. Las piernas de ambos se encontraban entrelazadas cómodamente mientras compartían el calor y la comodidad. La joven despertó levemente ante la caricia continua en su hombro.

"Mmh... Naruto." La joven gimio cariñosamente en un bostezo.

"Shh... sigue durmiendo Yu-chan, debemos seguir con el entrenamiento mañana." Le contesto el rubio probando el nuevo apodo de Yugao, tan solo esta noche se le había otorgado. Pero ella no hizo caso, insistió en abrir sus ojos apoyando su mentón sobre su torax y poder encontrar los orbes azules del joven con sus propios orbes cafés. En ellos se reflejaba el cariño que ambos habían generado estos años recientes.

Lo que inicio como una amistad fue el primer paso para algo mucho mayor, superando cualquier obstáculo en el camino, incluso la diferencia de edades de ambos. Fueron de conocidos a compañeros, de compañeros a confidentes, de confidentes a amigos, de amigos a mejores amigos y de mejores amigos al paso final y más alto en la cúspide. Una combinación de todos, eran conocidos porque tenían un mínimo entendimiento de ellos; eran compañeros por que confiaban en el otro, y porque confiaban en el otro sabían que podría escuchar sus secretos, miedos y dolores emocionales, por eso fueron amigos llegando a un nivel más profundo pasaron a ser mejores amigos, y finalmente, ya entendiendo al otro, ya conociéndolo, confiando, escuchándolo y acompañándolo, llegaron a ser amantes.

La joven se desplazó desde el costado por sobre el rubio, quedando a ahorcadas, movió sus manos y brazos, rodeando su nuca para recostar su cabeza sobre su pecho. Naruto la miro con una sonrisa, ajustándose a las modificaciones en sus posiciones, posicionando sus brazos a la cintura delgada de la joven teniendo cuidado de desplazar la parte superior de la bolsa de dormir cubriendo a ambos para no dejar al calor escapar. Yugao escuchaba la respiración y el latido rítmico de Naruto, soltando un suspiro por la comodidad adquirida.

Naruto, sin dejar de sonreír, tan solo pudo recordar el momento en que todo cambio, o por lo menos él pudo sentir el cambio inicial, la primera ficha de domino en moverse para llegar a este tan descabellado y loca situación. El accidente que le dio sus nuevas habilidades hace cuatro meses.

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Jiraiya y Yugao se volvieron a acercar al muchacho inconsciente, con el Sabio dispuesto a tomar acciones. "Llevémoslo a la cueva rápido. En estos momentos Naruto es un pararrayos humano y no sabemos que le podría pasar si es tocado por otro." Asintiendo con decisión Yugao ayudo al hombre de pelo blanco llevarlo al interior esperando que ningún otro rayo les golpeara en el camino. Incluso Jiraiya se veía intrigado ante este suceso, observando como en el cielo los rayos se curvaban y se concentraban en la cercanía del rubio.

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