-Si es que te lo dije, Alessa.
-Sí, me lo dijiste. Tú tenías razón y yo me he equivocado. ¿Más contenta?- resoplo, cansada.
-Bueno, nunca sienta mal que te digan que tienes razón. ¿Me lo dices otra vez?
-No, que ya con una es suficiente.
-Bromas aparte; me gustaría haber estado equivocada. De verdad que hubiera sido genial que encontraras tu excepción.
-Myriam, primero debería haber tenido una regla.
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Cuando le conté a Myriam lo que había visto en casa de Alex, no se sorprendió. Supongo que se lo veía venir. Lástima que yo no.
Hago acopio de todas mis fuerzas y voy hacia el instituto. Sólo espero poder refugiarme en la rutina y que Alex no me lo complique todo. Creo que no es demasiado pedir.
Cómo no, me encuentro con la zorra pelirroja camino a clase.-Hola. Tú eres Alessa, ¿verdad? Yo soy Andrea, pero me llaman Andy. Nos conocimos en casa de Alex. - se ríe empalagosamente. Si con "conocernos", te refieres a ver como te abalanzabas sobre él, sí, nos conocemos.
-Me acuerdo de ti. Y, si no te importa -y si te importa, te jodes.- , voy a llegar tarde a una presentación de Literatura. Lo lamento, Andrea.
Todavía la oigo despedirse desde lejos. ¿De dónde sacará Alex tanto putón berbenero descerebrado? ¿Las pide por catálogo? ¿Las compra en E-Bay?
Bueno, es asunto suyo. Yo ya dejé bien claro que no me importaba, pero espero que fuera capaz de leerme entre líneas.
La verdad es que no sé realmente lo que vi en él. Sólo sé que nunca lo vi o lo he vuelto a ver en nadie más. Tal vez es la luz en sus pupilas, o cómo se desordena el pelo cuando se estresa, o incluso lo gracioso que resulta cuando está enfadado.-¡Ale!- no necesito girarme para saber que Myriam corre para alcanzarme. - Tía, coño, espérame. ¡Guarra, no corras!
Al final acabo por pararme. En el fondo la quiero y esas cosas. Va en serio, no sé que haría sin ella y no sé si seré capaz de devolverle tantas cosas algún día. Empezando por una camiseta de Jack Daniel's. Bah, no echa de menos esa camiseta.
-¿Estás bien? -me pregunta, y detecto preocupación y cierto tono de ansiedad en su voz.
-No del todo, pero lo estaré antes de que acabe el día, lo prometo. Es cuestión de adaptarse. -respondo, mientras coloco una mano en su hombro, tratando de calmarla.
-No se merece nada de lo que te está haciendo pasar. Ni siquiera un minuto de reflexión.
-Ya sé que se merece una ostia en la cara...
-¡Pero con dos ladrillos!- me interrumpe. - Ale, tú vales más que esas grupis con código de barras. Sólo que él no te llega a la planta del pie y tú eres tan buena que te rebajas a hablar con semejante puerco.
Hago caso omiso de sus palabras y me limito a asentir. No soy buena, no soy especial. Al menos, no mejor que él. Y no me arrepiento de mis sentimientos, porque han sido bonitos. Sólo queda recomponer los pedazos y seguir adelante. Se me da bien sobrevivir.
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-¿Alessa?- la voz cautelosa de Alex me recibe al sentarme en Biología. -Escúchame. No hables si no quieres, pero escúchame.
Myriam estornuda ruidosamente desde la mesa de atrás.
-Perdona, es que los gilipollas me dan alergia.- responde, tajante, y poniendo su mejor carita de ángel.
-Myri, el asunto es entre Ale y yo. No me parece que vengas a dar tu opinión.
-Mira, niñato de mierda: cuando tú la cagas, me toca a mi arreglarlo. Y estoy un poco hasta los cojonesde arreglar lo que otros joden. Así que te equivocas, porque como tu opinión me da igual... te aguantas.- esboza una mirada satisfecha y se escurre en la silla.
-Yo no la he cagado. Es mi vida y hago lo que me da la gana con ella. No voy a dejar que me diga como vivirla nadie, y menos tú.-responde Alex, perdiendo los nervios.
-Pues dedícate a vivir tu vida sin putear a los demás y a ser posible, a tomar por culo de aquí. ¡Sólo traes problemas!
Siento latir la sangre en las sienes. Antes de que Alex pueda responder, asesto un golpe a la mesa, y digo:
-¡Vale ya! Myriam, te agradezco todo, pero prefiero defenderme por mí misma. Alex, replanteate tu definición de disculpa, porque me temo que está mal. Si sois capaces de controlaros, me gustaría tener la maldita clase en paz.- y realizando el típico movimiento de pelo "porque yo lo valgo" (movimiento "Tyra Banks"), me giro hacia la pizarra.
Escucho sus murmullos a mis espaldas.
Les oigo quejarse.
No me vuelvo a mirarles. No me vuelvo a contestarles. No me doy por aludida.¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤
El día se me hace eterno, así que llegar a casa se me hace casi un alivio. Qué ironía.
Me paso como tres horas ojeando poesía en Tumblr y cotilleando páginas que tratan de Charles Bukowski.
Está en el polo opuesto a poetas como Bécquer, y me sirve para contrarrestar la sensación empalagosa que produce que mi madre y su novio estén de buen humor.
Muchas veces me he preguntado por qué me gusta meterme con la gente, por qué disfruto tratando de arruinar su felicidad y no siendo partícipe de ella.
Supongo que en verdad no merece la pena, porque no mitiga de ningún modo mi propia tristeza y sólo consigue alejarlos de mí.
Quizás esté mejor sola, donde no pueda herir o ser herida. Quizás soy una causa perdida, una clase de sociópata sensitiva no clasificada. Quizás todo hubiera sido más sencillo si yo no fuera tan complicada.Buenas!! Perdón por dejaros tan desatendidos pero no tengo ni un minuto para respirar. Este capítulo me ha quedado un poco corto, pero estoy trabajando simultáneamente en otro un poco más largo.
Espero que me perdonéis y que sigáis dándome vuestro apoyo, con vuestras visitas que me alegran el día. Por favor, si os gusta, dadle a la estrellita que me hace mucha ilusión pensar que esto os gusta.
Gracias de nuevo por todo.SPAM
Me gustaría recomendaros personalmente (sólo para PotterHeads) un libro que está escribiendo una amiga @MarionetteDarkKnight y es una pasada. Se llama "La Hija Bastarda de Tom Riddle", es la segunda parte de "La Hija Bastarda de Bellatrix Lestrange". Me encantan ambos libros y ella es una escritora con un gran talento.
Seguro que os gusta si le echáis un vistazo.
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Nadie dijo que fuera fácil
RandomDedicado a los que han descubierto que hay vida antes de la muerte. Alessa es una chica de 17 años que hace 3 meses sufrió bulimia. Ahora acaba de mudarse con su madre a Barcelona y se enfrenta a la tarea de integrarse en un instituto. ¿Reaparecerá...