Nadie dijo que fuera fácil

Direct de Cupido

Llevo más de dos días sin hablar con Myriam. Y mira que me jode. Pero estoy cansada de que me pregunte como estoy a cada minuto, o que intente animarme y que despotrique contra Alex en cuanto se le presenta la ocasión. No quiero una abogada defensora, ni una psicóloga, ni una payasa. Quiero a mi amiga y quiero que haga como que todo está correcto, como si yo estuviera bien.

Y Alex... Alex también quiere hablar conmigo. Me deja tropecientos mensajes de voz, me llama a todas horas. Pero me obligo a ignorarlo.

No puedo encararlo. Mi muro de contención está ruinoso y necesito reconstruirlo antes de enfrentarme a mi peor pesadilla y mi mejor sueño.

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《Tiene 2 notificaciones nuevas ~ Instagram》

Abro el Insta para que me deje de ocupar espacio en la pantalla de notificaciones. Me pone de los nervios ver los símbolos de las aplicaciones mientras estoy haciendo algo.
Lo normal, una chica me sigue y un chaval me manda un direct...

¿UN CHAVAL ME MANDA UN DIRECT?

Apresurada, abro los directs y ahí está.

"Hola"
"Hola" respondo a toda prisa "¿Nos conocemos?"
"No creo :("
"¿Y por qué me hablas entonces?" me da que mi cerebro tiene una película ácida como la de la piel para repeler personas.
"No sé. Pareces una chica muy maja. Pero si no quieres hablar, pues no hablamos."
¿Maja? Me dice eso y encima tiene buena ortografía por Instagram. Mejora la cosa... Alessa, céntrate, que está esperando una respuesta.

"Gracias. ¿Cómo te llamas? Si hablo con alguien, me gusta tener un nombre al que recurrir."

"Me llamo David. Tú eres Alessa, ¿verdad?" ¡¿Cómo lo sabe?! La vocecita de mi cabeza replica con desdén: por tu nombre de usuario, retrasada. Ah, si. Es verdad.

"Sí, me llamo Alessa. Y ahora me tengo que ir porque me está llamando mi madre." Y en plan lunática, chillo un "ya voy, mamá", aunque él no me vaya a oír. Soy lerda.

"Jo :( luego seguimos hablando, no?"
No tardo ni dos segundos en responder.

"Sí, claro :)"

Y cierro Instagram de golpe.

¡Qué coño! Un tal David al que no he visto en mi puta vida empieza a hablarme y voy y le sigo el rollo. ¡Alessa, que no le conoces! La vocecita insinuante no tarda en atacar: motivo de más. Así igual te olvidas de Quien tú sabes.
Genial, ahora Alex es Voldemort.

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Han pasado tres días, y juro que trato de no abrir Instagram cada vez que me suenan las notificaciones, pero no lo consigo. Y la cosa no acaba aquí. El tal David no me ha vuelto a escribir; que no es que me importe mucho, total ni le conozco, pero él empezó a hablarme... ¡interés tendría! 

Me decido a coger el móvil y a escribir. Menos lobos, Caperucita.

"Hey, soy Alessa" pongo en un principio. Pero, sabrá que soy yo. Mejor lo dejo en "Hey".
"Hola! Pensaba que no hablabas con desconocidos..." me responde a los cinco minutos.
"No lo hago. Pero ya sé tu nombre, así que técnicamente no eres un desconocido."
"Buen punto, señorita. Parece usted alguien con seso."
"Me halaga usted, caballero." me descojono mientras pulso las letras.
"De verdad que me gustaría mucho conocerte. Pareces divertida."
"Ajá..." ¿y yo qué coño digo ahora?
"Alessa, sigues ahí???"
"Sí, sí. No me he ido :)"
"Voy acelerado? Mira, si quieres que vaya más lento, ni te tuteo. Es sólo que me caes bien, y eso que apenas hemos hablado." no hemos hablado porque no me has escrito, chiqui."Pero me da a mí que si te conociese, me caerías incluso mejor"
¡Qué apeluchable!
Miro el reloj, porque he quedado con Myriam para ir de compras. Me propuso una tarde de chicas, y me moría de ganas de estar con ella, sobre todo porque acordamos nada de rayadas emocionales (hay muuuuchas clases de rayadas).
Me quedan 15 minutos, y mi pijama de unicornios ninjas no me parece muy ponible, fíjate tú.
"David, no es porque me estés agobiando. Bueno, un poco sí, pero no viene al caso. Te tengo que dejar, que he quedado con una amiga, y sigo en pijama. Ta lueee'."
"Seguro que eres adorable hasta en pijama. Pero bueno, hasta luego!"
Cumplido aparte, que se agradece, no soy adorable ni en pijama.