Un olor a pinturas pastel

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Después de "hacer mis deberes", que en realidad significa "ponerme los cascos y llorar mientras escucho música melancólica" , decido salir a pasear por la playa.

Me encanta el susurro de las olas al chocar con la arena. Es como si me llamaran para irme con ellas.

Dejo las botas y los calcetines a rayas en el escalón del porche y dejo que el mar me acaricie los pies. Es tranquilizador.

Debo reconocer que, aunque sólo sea por la playa, me gusta este sitio. Pero no creo que el instituto me vaya mucho. Soy la única nueva este año y los grupos parecen muy hechos y cerrados. Espero estar equivocada.

Estoy a puntito de dar la vuelta y volver a casa cuando escucho una música que enturbia la paz del momento. Aguzo el oído y reconozco la canción. Me acerco a ver de dónde surge y veo la silueta de un chico, que debe tener mi edad, sentado en un banco. Agarra firmemente un bloc de dibujo y su cara está concentrada en intentar captar los matices de la gaviota que intenta dibujar, pero el pajarraco no para quieto. La canción sale de su móvil.

-¿Es Tragedy de Christina Perri?- le pregunto.

El chico se asusta y pega un brinco. Cuando recupera el dominio de sí mismo, me mira y responde:

-Sí... ¿la conoces?

-¿Estás de coña? ¡Pues claro! Es una de mis canciones favoritas.

-También es una de mis preferidas. No me he presentado; soy Alex.

-Yo me llamo Alessa

-Alessa...tú eres la chica de Madrid, ¿no?

Mierda de apodo.

-Sí, esa soy yo. Por cierto, te está quedando increíble. El dibujo, digo.

-¿Te gusta? Te lo regalo. Ya haré otro mañana en Biología.

-Yo también he cogido Biología para Bachiller. Supongo que nos veremos por allí. Muchas gracias por el dibujo.

-No es nada.

-Alex... te dejo que se me hace tarde y tengo muchas cajas que desembalar. Un gusto.

-Igualmente, Alessa. Hasta mañana, entonces.

Y me abraza y noto el aroma a pinturas pastel de sus dedos y de su cabeza, seguramente de haberse pasado las manos por el pelo.

Segundos más tarde, él ha empezado otro dibujo y yo me alejo por la playa.

Nadie dijo que fuera fácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora