Capitulo 11

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—Despierta Nutmeg — me removí un poquito y abrí los ojos después de sentir su mano deslizarse por mi rostro. Le sonreí y me sostuvo el mentón — Ya llegamos. 

—¿Nutmeg? — pregunté divertida.

—Ojos de nuez moscada — susurró acercándose a mis labios — mis ojos de Nutmeg. 

Fruncí mis labios intentando esconder una sonrisa. Nadie nunca me había llamado con un apodo así haciendo referencia a mis ojos. Eran tan comunes, marrones claros. Tan normales. Y de pronto, él lo hacía parecer divertido y extravagante. Haciéndome sentir única. 

Se acercó y me besó suave y se alejó. 

—Vamos, ya estamos un poco retrasados — me quitó el cinturón y entonces miré donde estábamos. Aún llovía un poco, pero el sonido de un estruendo en el cielo me hizo mirar por la ventana después de limpiar el vidrio empañado. 

—Andy — mascullé sin poder cerrar la boca — ¿Por qué estamos en el aeropuerto? 

Sacó las llaves de su auto y simplemente, sonrió. Salió del auto y lo rodeó. Estábamos bajo un techo por lo que la lluvia no molestaba. Andy me abrió la puerta cuando yo ponía la mano en la manilla y se quitó el saco que traía para ponerlo sobre mis hombros. 

—¿Qué? — me acusó cuando lo miraba anonadada. 

—¿Por qué estamos en un aeropuerto? 

Él deslizó los dedos por mi pelo. 

—Si sigues preguntando voy a tener que taparte los ojos Nutmeg. 

—Nutmeg — me burlé, pero terminé sonriendo y encogí los hombros — de acuerdo, señor mandón. No diré nada. 

Andy sonrió y deslizó la mano hacia mi brazo hasta encontrar la mía. Entrelazó nuestros dedos y besó mis nudillos de nuevo. Y noté entonces con más claridad. Que no traía su anillo de matrimonio. Ahogué un gemido. Procuré no decir nada al respecto. No quería arruinar el momento. Así que, me aferré a su brazo y recargué mi cabeza en su hombro mientras caminábamos hacia adentro. 

Andy entregó dos boletos en embarque y lo hizo tan rápido que no pude leer el destino. También me puso unos audífonos con música muy fuerte para que no escuchara cuando la azafata dijera el destino. 

—El viaje será largo — susurró quitándome el audífono un momento, con sus dulces labios sobre mis oídos. 

—Y yo sin poder quitarme este vestido. 

—No te preocupes — dijo ronco en voz baja — yo me encargaré de sacarte ese vestido cuando pisemos tierra firme. 

Me sonrojé pero no pude dejar de mirarlo a los ojos. Apretó su mano contra la mía en el asiento y luego la deslizó abajo, apretando una de mis piernas con sus dedos. 

—Por lo menos me entretendré en escuchar música — dije tratando de cambiar el tema ante la tensión menguante entre los dos. Andy sonrió y me dio un besó bajo la oreja, haciendo que la piel me ardiera. 

—Claro — susurró — también tengo otras ideas para entretenerte. 

Se alejó lentamente y yo me giré a verlo, nuestros labios estaban muy cerca. Yo estaba roja como un tomate y él estaba... bueno, con esa barba y sin corbata... Ah, Andy. Agité mi cabeza, pero ni eso sirvió para despejar el calor del momento. 

Hasta que decidí hablar, claro. 

—¿Por qué?

Él ladeó la cabeza. 

Incondicional ━  Andy BarberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora