3. Dulces desastres

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CHARLI DAMELIO

5:32a.m.

Con cuidado de despertar a Chase, salgo de la cama, poniendo una almohada donde antes yo estaba ubicada.

Bostezo y me estiro antes de salir de la habitación en completo silencio.

En puntillas me dirijo al cuarto de Adeline, al abrir la puerta voy directo hacia donde ella se encuentra durmiendo.

-Adeline -susurro, pero no despierta.

Digo su nombre un par de veces más, pero al ver que es en vano, empiezo a darle pequeños toquecitos en la cara con mi dedo índice.

Salto del susto cuando abre los ojos de inmediato. Cuando divisa mi rostro frunce el ceño, sin entender el por qué de mi interrupción.

Bosteza y ve la hora en su celular, luego se dirige a mí con los ojos entrecerrados, yo sonrío tímidamente.

-Hoy es el cumpleaños de Chase -susurro-, ¿puedes ayudarme a hacer su pastel? No tengo ni la menor idea de cómo hacerlo.

Me mira unos segundos, me sonríe y me lleno de esperanza hasta que...

-No.

Mi sonrisa se borra de inmediato.

-¿Qué? ¿Por qué no? Sabes que soy mala en la cocina, anda, ayuda a tu amiga -hago un puchero.

-Charli.

-Te escucho.

-Son las cinco de la mañana.

Hago un sonidito de afirmación. -Lo sé.

-Y además, sólo soy chef, no significa que mi especialidad sea la repostería.

-¿Al menos compraron las cosas que les pedí?

Asiente. -Sólo nos faltaron las chispas en forma de corazón.

-¿Qué? -casi grito, enseguida bajo la voz- ¡Eso era lo más importante!

-No habían, Charli.

Echo la cabeza hacia atrás. Todo va mal y ni siquiera he empezado a hacer el pastel.

Adeline se gira en su cama, dándome la espalda.

-Quiero dormir, Charli. Buena suerte con el horno. Recuerda apagarlo luego de ocuparlo.

Salgo de la habitación, haciendo un puchero.

Mientras camino a la cocina, me doy ánimos mentalmente, después de todo, sólo es preparar el polvo que trae el sobre.

Si es que Adeline compró el polvo de los bizcochos ya preparados, claro.

Ade me dijo que había dejado la bolsa con las cosas para hoy apartadas en un cajón del mueble de la cocina, el cual no lo abre nadie nunca.

Primero saco un recipiente donde poder preparar la mezcla y otro que es redondo para verter todo ahí. Intento ser de lo más cuidadosa respecto al ruido, no quiero despertar a nadie, mucho menos a mi sobrina.

Ahora puedo Respirar | Tiktokers ¦ 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora