17. Emotivas noticias

157 14 13
                                    

4 DÍAS DESPUÉS

Luego de cuatro días, al fin estamos en la nueva casa que hemos comprado en Manchester. Claro que ahora venimos con una persona más; Janessa.

Si bien la idea no me agrada mucho, debo mantenerla vigilada. Después de todo lo que me dijo, junto a Angie investigamos un poco más y todo era verdad. No había una pisca de mentira en sus palabras.

Marco todavía no sabe nada, pero insiste en saber todo lo que ocurre a su alrededor.

Sé que Nessa quiere llevarse a su hijo, pero no la dejaré llevárselo así como así. Primero, Marco debe estar al tanto de todo y él debe estar de acuerdo con irse con ella. Luego veremos los demás.

Chase no me ha permitido hablar con ambos hasta que las semanas de reposo pasen.

Ocho semanas teniendo a Nessa en casa, genial.

Hoy mismo tenemos que ir con la ginecóloga —ha tenido que ser mujer por petición de Chase. Aunque también me siento más cómoda así—. En tres horas sabré cuántas semanas de embarazo tengo y tendré las primeras ecografías de mi bebé.

Lo único que quiero es dar un paseo por el vecindario nuevo, pero Chase me obliga a quedarme en cama. No es que sea una persona de estar mucho tiempo afuera de casa, pero en estos momentos de verdad quiero salir.

Durante estos días todos los medios han hablado sobre nosotros y nuestro pequeño. Sé que decidimos que salga a la luz, pero eso no disminuye mi miedo ante el público y a quien o quienes podría llegar la noticia.

Me levanto de la cama justo cuando Chase entra a la habitación. Me enarca una ceja.

Levanto las manos. —Sólo voy al baño, no me escaparé.

Se acerca a mí riendo. Besa el inicio de mi cabello.

—Últimamente vas muy seguido al baño —murmura.

Suspiro.

—Supongo que es normal teniendo en cuenta que mi maldita vejiga está siendo cada vez más presionada.

Él me sigue al baño. La verdad no es algo que me escandalice ni que me dé asco. Tenemos confianza entre ambos y a ninguno de los dos le molesta que el otro esté presente cuando uno de los dos hace sus necesidades.

—¿No te duele nada? —pregunta mientras me lavo las manos.

Niego con la cabeza.

—Sólo la espalda. Ya sabes. Lo típico.

Le doy un vistazo. Parece ansioso. Levanto una ceja.

—¿Hay algo que quieras decirme, Chase?

Se rasca la nuca con una mueca.

—Sé que dijiste que debemos ahorrar —giro la cabeza de golpe hacia él—, pero...

—¿Pero? —mi tono se ha vuelto más grave. Él me dedica una sonrisa inocente.

Balbucea algo rápidamente que no logro entender.

—Cariño, habla más lento para que pueda entenderte, ¿si?

Toma una bocanada de aire.

—He comprado un auto. Pero lo necesitábamos —agrega rápidamente—. Además, vendí el anterior en Londres, puesto que vinimos en la caravana. Es bastante espacioso.

Reprimo la risa. Me acerco a él, abrazándolo por la cintura.

—No quiero que sientas que reprimo tus compras. El auto era necesario, después de todo no podemos ir a todos lados con la casa rodante. Sólo me hubiera gustado que lo conversaras conmigo y así hubiéramos podido comprarlo entre ambos —dejo un beso corto sobre sus labios.

Ahora puedo Respirar | Tiktokers ¦ 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora