19. Chocolate Caliente

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CHARLI DAMELIO

Una semana después

Sé que lo que estoy a punto de hacer está mal, pero también sé que no hacerlo es peor.

Sé que contarle la verdad a Marco es cosa de Nessa, pero él no me perdonaría si siguiera ocultandole todo lo que sé. Es por esto que toco la puerta suavemente, recibiendo un suave "pase".

Janessa se encuentra fuera de casa. Está buscando un trabajo en esta ciudad. Si, reconozco que ha sido un poco injusto para ella que yo simplemente la trajera para acá, pero es lo que debo hacer.

No le he contado de mi decisión a nadie, ni siquiera a Chase, puesto que sé que no me dejaría hablar con el niño. No quiere que me estrese.

Abro la puerta y me adentro a la habitación, encontrando a Marco recostado en la cama mirando al techo. Al fijarse de que soy yo, se sienta y me mira.

-¿Sucede algo?

Sonrío levemente.

-Sólo quiero hablar contigo.

Me acerco a la cama y a la velocidad de un perezoso me subo a esta. Mi vientre es cada vez más incómodo al crecer.

Me pongo a su lado y le paso un brazo por los hombros, acercandolo a mí. Él se deja, incluso que le bese la frente. Mira mi estómago y lo acaricia con suavidad.

-Quieres decirme algo importante, lo presiento.

Suspiro.

-Así es, Marco -le hago cariños en el pelo, relajandolo un poco-. ¿Recuerdas la vez que hablamos sobre tu familia? -hablo con delicadeza, asiente. No quiero ser brusca, ni mucho menos lastimarlo más de lo que la noticia probablemente lo hará.

Busco las palabras correctas para un ser humano de su edad y mentalidad. Debo ser lo más cuidadosa posible.

-Desde hace un tiempo he investigado junto a Angie sobre el internado, también le he pedido buscar sobre tu familia.

Levanta la cabeza de inmediato con interés, mirándome fijamente y dándome toda su atención. Traza círculos distraídamente sobre mi abdomen.

-Verás. Hace muchos años que ese internado existe. Y como sabes, no hacían cosas especialmente buenas ahí.

Hago una pausa.

-En ese internado había una niña y un adolescente -empiezo a contar sin dar nombres específicos-. Ese chico hizo cosas muy malas con la niña y poco después se enteró de que había dejado rastros del suceso.

Él entiende a lo que me refiero, pero me deja explicar como quiera.

-Ese rastro creció y creció en la niña. Tenía tu misma edad, trece años.

Abre los ojos con demasía.

-¿Quedó embarazada con trece años?

-Muy riesgoso, lo sé. Pero la joven no tuvo oportunidad de intervenir en el proceso, no se lo permitieron. Cuando los meses pasaron, ese rastro nació, llegando al mundo sano y salvo, al igual que su madre que con suerte salió ilesa.

Ahora puedo Respirar | Tiktokers ¦ 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora