Extra 1: Papás Luchones

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CHASE HUDSON

2 AÑOS DESPUÉS

Y recuerda que...

—Ya estoy en el jardín con los niños, tranquila. Noah vino conmigo, no me perderé.

De acuerdo, debo irme. Dales un beso de mi parte a esos tres.

—Lo haré, tú lucete en esa revista, cariño. En dos horas te veremos en la televisión, te amo.

Te amo.

Corto la llamada con una sonrisa y lo siguiente que hago es entrar al salón con mis hijos, mi sobrina y Noah, donde los padres que están sentados formando un círculo, nos miran a la vez.

—Llegan tarde —menciona la maestra—. Tomen asiento, los niños pueden quedarse en el área de juegos —señala.

Ellie, Annie y Emma corren al ver la gran cantidad de juguetes, mientras que Marco las sigue con una sonrisa ladeada. Me ubico en las sillas vacías que hay en el círculo junto a Noah bajo la atenta mirada de los padres y madres.

—Bien, retomemos la reunión. Estábamos hablando sobre un tema que está preocupando a todos los apoderados. Los piojos.

Una madre carraspeó y habló.

—Discúlpenme, pero yo digo que los piojos los trajeron las niñitas nuevas —alzo ambas cejas cuando caigo en cuenta de que habla de mis hijas y mi sobrina—. Ellas se incorporaron hace un mes y desde entonces aparecieron los piojos, qué coincidencia, ¿no?

Entrecierro levemente mis ojos y sin mirar hacia mi lado sé que Noah se encuentra tan atónito como yo.

—¿Disculpa? —intento mantener la calma, pero es decir, ¡se está metiendo con mis hijas!

—Es verdad, lo he hablado con algunas madres también —tres mujeres asienten en acuerdo, y piensan igual que yo.

Noah ríe secamente, llamando la atención de muchos.

—¿Qué es lo que te llevó a esa conclusión?

—Sus padres son famosos —miró a los demás apoderados—, ¿si acaso creen que tienen tiempo para bañar a sus hijas? Nada más miren a la más grande que anda siempre despeinada.

—Su pelo se enreda con facilidad por sus ondas —excusa.

—Y además, si nos damos el tiempo para bañar a nuestras hijas —agrego—. Mi trabajo nunca estará por sobre mi familia, mis hijos y mi esposa siempre irán primero. Y no solo estás criticando mi forma de crianza, si no que también estás criticando a mi sobrina a base de tus estúpidos prejuicios.

Los demás padres se quedan un momento en silencio, y sonrío levemente al escuchar la risa suave de Marco.

—¿Entonces es una mera casualidad? Fíjate que no tengo ningún problema con Leonor ni con Ana, mucho menos con Gemma, pero justamente cuando ellas ingresaron al jardín empezaron los piojos. Seguramente tienen unos super malos hábitos de higiene.

La miro con incredulidad. Ha sido demasiado.

—A ver —me paro de mi silla y Noah me sigue—, te voy a aclarar un par de cosas. Primero, no es Leonor, Ana y Gemma, es Eleanor, Ann y Emma, ¿me escuchaste? Y segundo, el que a mis hijas les guste jugar en la tierra o a mi sobrina se le enrede el pelo no quiere decir que automáticamente son portadoras de piojos.

Ahora puedo Respirar | Tiktokers ¦ 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora