S T A Y

Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 9

— ¿Que significa todo esto? — preguntó James Barnes mirando a su alrededor.

— ¿Por que no hablamos sobre tu hogar?

— ¿Qué es todo esto? — preguntó Barnes frunciendo el ceño.

— Háblame de tu hogar — insistió — y no, no hablo de Rumania o de Brooklyn, hablo de tu verdadero hogar.

Bucky quedó pasmado.

— Anhelo...

— No — susurro preocupado.

— Oxidado...

— Para, por favor.

— Diecisiete...

— Detente — masculló enojado.

— Amanecer...

Barnes pego un gran grito, estaba frustrado, molesto y preocupado, querían despertar al soldado del invierno, al asesino en que se convirtió sin quererlo.

— Horno...

Bucky ya se había librado de la seguridad que tenía dentro de esa cápsula, golpeaba todo intentando escapar.

— Nueve...

Era inútil y lo sabía, no podía escapar y esperaba que el soldado del invierno tampoco lo hiciera.

— Benigno... Bienvenida... Uno...

No se iba a rendir, continuó golpeando con toda su fuerza aquella cápsula donde estaba encerrado, tenía que escapar.

— Vagón de carga.

Lo consiguió, pero ya era demasiado tarde, sólo faltaba esa escasa palabra para que pasara.

— ¿Soldado? — preguntó.

— Listo para obedecer — respondió.

Zemo estaba satisfecho, lo consiguió. El soldado del invierno estaba de vuelta.

— Quiero una misión del 16 de diciembre de 1996*

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Steve y Sam llegaron lo más rápido que pudieron, pero ya era tarde, lo supusieron porque el cuerpo de uno de los guardias estaba tirado, aparentemente muerto.

Procedieron a caminar con precaución. Zemo estaba tirado, aparentaba estar herido, pero Steve no se lo creyó.

— ¿Quien eres y que demonios quieres? — preguntó tomándolo del cuello de la camisa.

Zemo sonrió arrogante.

— Ver como cae un imperio.

Sam optó por recorrer el lugar y fue sorprendido por Barnes, pero algo le decía que no era el. Al estar convertido en el soldado del Invierno, Bucky superaba en fuerza y estrategia a Sam, logrando derribarlo.

Decidido, camino hacia Steve, obligándolo a soltar a Zemo, Rogers era el único que podía darle pelea a Bucky, empezaron a debatirse en una lucha, pero de un momento a otro, Barnes derribó a Steve.

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— Evacuen a todos los civiles — ordenó Ross — Hagan un perímetro alrededor del edificio y pongan armas en el aire.

Meghan y Natasha caminaban deprisa detrás de Tony, Axel lo hacía también pero preocupado, el no sabía pelear ni nada, era un blanco fácil.

— Dime que tienes un traje contigo — dijo Meghan.

Tony suspiro cansado.

— Así es, marca Tom Ford, con chaleco y de dos botones, muy elegante — respondió sarcástico — Meghan, estamos fuera de servicio.