12-Olvidalo

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Luego de varios días todo había vuelto a la normalidad, y estaba feliz, porque los regaños que recibí y la multa que se me descontó ese mes me tenían incómodo, claramente en mi contrato decía que no se podía ver ningún un tipo de acercamiento con una fémina de manera romántica o que se pudieran malinterpretar de esa forma, agradezco que su rostro no se veía en las fotos, y aunque no hice más que solo llevarla a su casa no quería dar explicaciones, aunque Jimin si estaba al tanto de todo y me instó a declararme y así lo haría.

No me importa si decide regresar a Japón, no estaba tan lejos de todas formas, además de que podía ir por conciertos y así verla.

Así que a dos semanas de ella marcharse decidí armarme de valor e ir a su apartamento.

Toque la puerta varías veces, y luego de la tercera vez escuché sus pasos dirigiéndose a  la puerta, sabía que estaba en casa, las luces estaban encendidas.

Al abrir la pude ver, vestía un pantalón corto suelto más parecido a una falda y un top blanco, sus cabellos estaban recogidos en un moño desordenado dejando así algunos mechones de cabello suelto, su rostro estaba rojo y se notaba una ligera capa de sudor en su piel, por el descubierto de su ropa pude ver algunos de sus tatuajes mejor, tenía unos cuantos dibujos, pero el que más captó mi atención fue un corazón roto que tenía dibujado en su pecho izquierdo.

Ella parecía sorprendida por mi llegada, pero era de esperarse eran más de las 10 de la noche, claramente no es hora de visita, pero fue la única hora en la que logré escaparme de RM.

-Hola, ¿Puedo pasar?-, dije y está asintió haciéndose a un lado para que pasara, luego se dirigió a la cocina por agua y la seguí

-¿Quieres tomar algo?-, dijo ella, se notaba relajada y es que últimamente éramos muy cercanos, yo me había encargado de eso.

-Agua-, dije, estaba nervioso mucho de hecho

-¿A que se debe tu visita?-, cuestiono ella

-Quería hablar de un tema contigo y no quería que fuera en la empresa. Disculpa por irrumpir así en tu casa y a esta hora, pero es importante.

-Claro-, dijo ella me extendió el vaso con agua en cual tomé, mi garganta de pronto estaba muy seca, no sabía cómo comenzar, por mi cabeza pasó la idea de salir corriendo y aplazarlo más como veces anteriores lo he hecho, pero se hutía en solo dos semanas, debía ser ya.

Me acerqué a ella, y estaba nerviosa por mi cercanía, pero no se alejo, solo se quedó mirándome.

-Olvídalo-, dije y salí de la cocina tomando mi abrigo el cual había colocado en un mueble y mientras caminaba me lo colocaba, ella me siguió y alcanzó cuando me detuve para colocarme los zapatos.

-¿Que pasa?, ¿Te encuentras bien?-, preguntó

-No pasa nada, solo debo irme-, dije

Cuando se disponía a acercarse más resbaló y casi cae al suelo, pero la tomé antes de caer.

La tenía levemente inclinada mientras ella se sostenía de mi abrigo con fuerza por el susto de la posible caída y yo la sostenía de la cintura, me perdí en su rostro y por la cercanía que teníamos, me fue demasiado fácil acercar mis labios a los suyos y sellarlos con un desesperado a beso.

Estaba mal, le estaba robando un beso y ni siquiera sabía si yo también le gustaba, definitivamente estaba mal, así que me dispuse a alejarme, pero grande fue mi sorpresa cuando esta colocó su mano en mi cuello profundizando el beso.

Así que decidí disfrutarlo como debía, sus labios eran suaves y carnosos, se sentía de maravilla.

Mi cuerpo se movía solo y en segundos me vi levantándola del piso, mientras ella enrollaba sus piernas en mi cintura, nos dirigimos al sofá aún comiéndonos la boca.

Los besos eran cada vez más desesperados, ¿que más respuesta que esta necesitaba?, yo también le gustaba.

Mis manos bajaron a sus piernas y las acariciaba, mientras mis labios se posicionaban en su cuello dejando salir ella más de un suspiro de sus hermosos labios, desde la habitación se podía escuchar una melodía, quizás practicaba cuando llegue.

Continuamos besándonos, ella intentaba quitar mi abrigo así que la ayude, estaba  recostada en el sillón y yo sobre ella, nuestras intimidades rosaban en todo momento y con la delgadez de sus ropas era aún más gratificante.

Ella continuó ayudándome con mis ropas, y era claro que deseaba que llegáramos a más, yo aún no había estado con ninguna mujer, así que estaba muy nervioso, pero también deseaba mucho estar con ella.

La tomé en brazos nuevamente y nos dirigimos al cuarto, cuando entramos se reproducía otra canción, al parecer la tenía en aleatorio.

Continuamos besándonos, ella ahora encima de mi yo coloqué mis manos en su cadera y luego en su trasero, esto se sentía muy bien, quite su top, mientras besaba su cuello, clavículas y cuando me disponía a bajar sus pechos, la música fue sustituida por la voz de un hombre.

-Sooyun mi amor, ven aquí, quiero enseñarte una coreografía, ¿Me estás grabando?,- seguía diciendo más, pero un zumbido en mis oídos me impedía seguir escuchando, detuve todos mis movimientos y ella se levantó de prisa y se dirigió a su celular para así apagarlo.

Yo estaba sentado en la cama estático, no  lo podía creer, ella tenía pareja, y estaba a punto de engañarlo con migo.

Cuando salí de mi transe me puse de pie y me dirigí a paso rápido hacia la sala, tomé mi camiseta y mi abrigo en una mano y en la otra mis zapatos, quería salir de ahí los más rápido posible, y así lo hice.

El hecho que que ella no salió detrás de mi  o trato de excusarse solo me confirmó que lo que pensaba era cierto.

La nueva coreógrafa,    Con Kim Taeyung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora