encajando engranajes

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Como si se tratase de un tornado, fuertes vientos salidos de la nada se levantaron en la pequeña habitación, la puerta se abrió y los elfos salieron despedidos. Isma se acurrucó en una esquina y Schierke y Farnesse volvían a ocupar sus cuerpos violentamente. La ráfaga desaparecía y Bryn despertaba tranquilamente, irguiéndose.

- ¿Qué ha pasado? ¿Y esa salida tan brusca?- la pelinegra se daba la vuelta y miró a la bruja que la miró a los ojos y empezó a recordar todo lo que le habían contado sobre ella.

- Hemos sido expulsadas por ese espectro…- contestaba Farnesse y su compañera le miró mal.

- Ah, entonces os habéis topado con él. Ya no siento su presencia en mi cabeza, me siento más ligera, ¿qué os ha dicho?- se estiraba.

- No nos ha dicho nada.- Schierke se levantaba y se dirigía hacia la puerta.

- Sí… ¿Esperas que me lo crea? Mientes fatal.

La bruja tenía miedo, si todo lo que había dicho aquel fantasma esqueleto era cierto, estaba hablando con un posible jinete del apocalipsis y eso le atemorizaba. Le aterraba lo dulce que se veía ella, lo inocente que podía verse un demonio. Tal y como le habían dicho, si le decía, ella podría elegir, pero, ¿y si elegía destruir a la humanidad? Schierke sentía que sería la culpable del prematuro fin del mundo. Quizás si se lo guardaba, nunca esos pensamientos oscuros llegarían a la cabeza de esa chica.

- Te digo la verdad. Que te lo creas o no, es cosa tuya.- habló con dureza y se dio la vuelta para marcharse.

- Schierke.- llamó Bryn y ésta se paró.- No sé quién soy. Lo único que sé seguro sobre mí misma es que, no puedo morir y estaré durante toda una eternidad con esa duda y mis propios poderes devorándome por dentro. No sé qué tan duro puede ser para que una persona tan valiente y sabia como tú, esté así, temblando cuando me mira a los ojos. Pero aceptaré las consecuencias, cualesquiera y todos estaréis a salvo. Después de todo, prefiero morir de la forma más dolorosa, a hacer daño de nuevo a mis amigos.

- Schierke, voy a contárselo.- Farnesse salió de su silencio, tras escuchar la última y sincera palabra de Bryn.- Se merece poder elegir, tal y como nos dijo el señor calavera.

- ¡Farnesse!- la bruja le gritó, volviéndose.

- Sé que tienes miedo, yo también lo tengo, pero, pasará lo tenga que pasar. Además, accedimos a ayudarla, no se puede dejar un favor a medias, maestra.- la rubia sonreía, dejando el temor de lado.

- Yo… No quería hablar más. No confiaba en ti desde un principio porque sabía que traerías desgracias a nuestro grupo, pero al final, fue todo lo contrario. Aquella mañana en la cabaña, cuando nos explicaste en qué consistían tus poderes curativos, dijiste que aunque doliera como el infierno, lo seguirías haciendo. Has sufrido mucho y puede que hayas cometido crímenes, pero tienes un gran corazón que quiere brillar y ser reconocido. Y me parece, que conmigo, lo ha logrado. Me agradas, Bryn.- decía la bruja, mirando al suelo.- No sólo tengo miedo de lo que eres o puedas llegar a hacer, pero no podría imaginarme nunca más que este viaje siguiera sin tu presencia.

- No tengo ni idea de lo que está pasando, pero yo tampoco quiero que te vayas, eres interesante.- Isma contemplaba la escena sin entender.

- Lo que hay dentro de ti es inalcanzable hasta para un apóstol o Rey de la Mano de Dios. Fuiste creada para una misión divina, la intención del mismísimo Dios del universo para destruir no sólo a la humanidad, sino a todo el mundo. Antes que tú, hubo otros individuos fallidos, que le desafiaron, pero ninguno de ellos llegó hasta el punto en el que tú estás ahora. Tu tercer ojo, es el poder de la eliminación. Borrar sin rastro la vida o la muerte que alguna vez existió.- explicó Schierke y Bryn escuchaba tranquila.

Legendary Lovers (Griffith × OC) [Berserk] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora