leyes de la causalidad

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A la tarde de ese mismo día, se asentaron en la orilla de un pequeño riachuelo. La primavera ya comenzaba y las flores llenaban los campos vírgenes. En esas planadas no había muchas oportunidades de conseguir cazar nada, pero con el poco calor que se empezaba a notar, los árboles ya estaban cargados de frutos. Bryn mientras montaban el campamento, se fue a recolectar algunos, seguida de Rickert y Judeau. Estos dos últimos estaban encantados de tener otra chica joven en la cuadrilla y daban gracias a que fuese más amable que Casca.

También esos dos descubrieron que ella era bastante independiente, sabía escalar bastante bien, se guindaba por las ramas de los árboles para conseguir los frutos que estaban más altos. También se dieron cuenta que aquello que llevaba debajo de la gran capa morada no era un vestido, sino un traje de pantalones de cuero extraño, negro y ceñido al cuerpo, parecidas a las ropas que se ponen los guerreros antes de las armaduras. Llegaron al campamento con tres canastos llenos de frutos secos, hortalizas variadas y frutas.

- Bryn, quería hacerte una pregunta.- ella miró a Rickert que rompió el silencio que se formó mientras el trío cascaba las nueces.- Bueno, en realidad debería peguntártelo él, es cosa suya.

- ¡Eso no es nada! ¡No le digas nada!- saltó Judeau.

- ¡Pero si casi no te deja dormir!- el otro le tiró una nuez.

- Tranquilo, Judaeu, ¿qué ocurre?- ella sonreía.

- No te pongas así, enséñasela.- lo animaba Rickert.

Por fin el joven resopló y se alzó la camisa dándose la vuelta. Tenía toda la espalda llena de picaduras mezcladas con costras y heridas varias, algunas parecían recién hechas.

- Hace un mes que me aparecieron, me pican, pero contra más me arrasque más me aparecen. Pero no soy el único que las tiene, pero sí el que más.- explicaba el chico.

- Yo también tengo algunas por mis muslos, ¡incluso el capitán! Hemos probado de todo, pero no hay manera de quitárnoslas de encima.- terminaba el menor.

- Son reacciones atópicas bastante comunes en gente que no sigue buena higiene personal, supongo que en esta época y más en tiempos de guerra, es algo imposible...- Bryn empezaba a hablar como si fuera lo más obvio.

- ¿A qué te refieres con "esta época"?- los dos rubios tenían caras de confusión.

- ¿Eh? Ah... Nada, no me echéis cuenta. ¿Hace cuánto no os dais un baño?- ella abrió los ojos y se puso algo nerviosa.

- ¿Un baño? No sé, hace dos semanas creo.

- Yo igual, nos solemos bañar juntos.- asentía Judeau mientras no dejaba de arrascarse la espalda.

- Ajá y, ¿hace cuánto no laváis la ropa o no la cambiáis?

- ¡Ya de eso ni me acuerdo! Incluso los reyes se pueden llevar con las mismas ropas un mes, ¿qué tiene eso qué ver?

Bryn rio.

- Yo hace dos días que no me baño y ya me siento sucia. Es brutal que la gente pueda aguantar tanto, además, no creo que uséis jabón, ¿verdad?

- ¿Qué es eso?- Rickert arrugó su cara.

- Dios santo, venid conmigo.- se levantó y seguida de los dos chicos, se encaminó hacia su tienda, donde dejó su bolsa verde.

Legendary Lovers (Griffith × OC) [Berserk] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora