Jueves, 13 de febrero.
Un amanecer más y será San Valentín.
O en otro idioma, se traduce como el día en el que tengo que gastarme un poco de dinero para regalar chocolate.
—Te estoy diciendo que no va a funcionar —dijo Jimin mientras caminábamos por los pasillos del instituto, dirigiéndonos hacia la salida, ya que las clases habían terminado.
—¿Y qué crees que debería hacer? —suspiré—. Me da vergüenza darle el regalo en persona.
Había pensado en regalar chocolates caseros a todos los chicos de la clase como un gesto de amabilidad, una idea a la que Jimin se había opuesto. Para ser completamente sincera, la verdadera razón por la que lo hacía era para no darle mi chocolate únicamente a Jungkook. Es decir, ¿eso sería como confesarme, verdad?
Pero Jimin estaba intentando convencerme de que regalar dulces a todo el mundo era lo mismo que no regalarle nada a él. Bueno, todo estaba dentro de mi cabeza, ya ni me importaba expresar mi afecto a Jungkook.
Ugh, es que no puedo.
Al menos así se comerá el chocolate que le habré hecho con todo el amor de mi corazón.
—¿Entonces que pasa con el chocolate? ¿Los has preparado?
—No.
—Dios Jinhee, te juro que a veces te mataría.
Su frase me hizo reír.
—Yah, te ayudaré. Voy contigo a casa ahora mismo —declaró con tono convincente—, aunque deberíamos ir primero a comprar los ingredientes.
Miré mi reloj de muñeca y descubrí que eran las tres y once de la tarde, ya estábamos de pie delante de la puerta de la escuela.
—Relájate Chim, tenemos toda la tarde. Ve a casa primero y deja la mochila. —Le di unas palmaditas en la mochila—. Oh, y ponte otra cosa que no sea el uniforme porque vamos a salir fuera.
—No soy un chimpancé, señorita. Pero está bien, me aseguraré de darme prisa para que no me eches de menos mucho tiempo —giró la cabeza hacia la derecha para mirarme y me guiñó un ojo.
—Que no se te olvide que vas a ayudarme a hacer chocolate para Jungkook.
—Ouch, eso duele —dijo, agarrándose el pecho de broma—. Por cierto, ¿qué pasa con mi chocolate? —Me pasó el brazo alrededor de los hombros y esperó a que le respondiera.
—Ya te estoy dejando probar una tanda de chocolate durante toda la tarde y aun así quieres más? —Enarqué las cejas mientras hablaba.
—Si te vas a poner así, entonces llamaré a Jungkook y le diré que te gusta ahora mismo. —Sacó su teléfono.
—YAH, ¿QUIERES QUE TE MATE O QUÉ? —Intenté quitarle el móvil, pero no pude porque lo sostuvo muy alto y ni poniéndome de puntillas llegaba.
—¿Entonces qué vas a darme? —Estaba saltando cuando me lo preguntó, todavía tratando de echarle el guante a su móvil.
—Ríndete, Lee Jinhee.
Dejé de intentarlo.
—De acuerdo, le daré a mi pequeño dino algo especial.
—Guau, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que fui un dinosaurio, ¿eh? —se rio—. Más te vale cumplir tu palabra —me regaló una sonrisa satisfecha y se volvió a guardar el teléfono en el bolsillo.
Todo salió como estaba planeado y fuimos a la tienda a por los ingredientes.
Después de comparar todo lo que necesitábamos, Jimin se empezó a quejar de que tenía hambre.
—Ayy vamos, he ido corriendo a tu casa en cuanto he llegado a la mía y ni siquiera he podido comer —Se aferró a mi brazo e hizo un puchero.
—Vale, vale, lo pillo. Pero deja de hacer aegyo, es lamentable porque no estás consiguiendo nada —Me lo quité de encima.
—Seguro que has aceptado porque te he enamorado —bromeó con una voz extraña.
—Cierto, solo en tus sueños —le respondí, con un tono de voz también extraño.
Nos metimos en un restaurante de hamburguesas y nos sentamos en una de las mesas de fuera, puesto que las de dentro estaban todas ocupadas. Cuando ya estábamos a punto de acabarnos la comida, divisé una figura familiar saliendo de una librería.
—Yah, yah, yah, Jiminnie. ¿Ese no es Jungkook?
—¿Qu-? ¿Dónde? —Miró a su alrededor.
—Allí, allí. —Señalé en su dirección.
—Oh, tienes razón. Es Jungkook.
—Mierda, viene hacia aquí. Rápido, tapate la cara —dije mientras escondía mi cara entre el cuello de mi abrigo extra grande.
—OYE, JEON JUNGKOOK, ¡POR AQUÍ! —gritó Jimin y saludó con la mano a Jungkook.
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COLORS || pjm. (Traducción)
Fanfic―A pesar de haber 7 millones de colores visibles para el ojo humano, y de tener a tu alcance 48 lápices de colores diferentes, ¿por qué estás utilizando solo el negro, el blanco y el rojo? Bajé la mirada y traté de pensar en una respuesta. No lo sé...