—¡Lee Jinhee! —Jungkook me saludó con la mano en cuanto me bajé del autobús.
—Hola, ¿llego tarde? —Me acerqué a él.
—No, simplemente hemos llegado pronto, los dos —sonrió—. Por cierto —hizo una pausa—, hoy estás muy guapa.
Estaba demasiado perpleja por su comentario como para responderle. El corazón me latía incontrolablemente rápido.
—Eh, quiero decir, no es que no estés guapa otros días. Es solo que hoy estás aún más guapa —dijo mientras se alborotaba el pelo.
MALDITA SEA JEON JUNGKOOK, BASTAH.
Solté una risita.
—¿Gracias?
—A ti siempre —sonrió—. Vámonos. El restaurante italiano está a la vuelta de la esquina.
Intenté calmarme para evitar perder los papeles otra vez y me puse a caminar a su lado.
Jungkook llevaba un jersey de rayas rojas y negras, con una chaqueta universitaria de color negro que en la parte de atrás llevaba unos números blancos. En cuanto a los pantalones, vestía tejanos negros. Así que era verdad lo de que le gusta el negro, el blanco y el rojo, ¿eh?
Mientras caminábamos, me percaté de que llevaba las mismas Timberland que tenía Jimin.
—¿Hay algún problema con mis zapatillas? —me preguntó sonriéndome. Oh, mierda, sin darme cuenta había estado mirándole los zapatos por un buen rato.
—No, es que Jimin tiene las mismas —le devolví la sonrisa.
—Ahh, Jimin. Cuando me compré las botas no dejó de decirme lo chulas que eran. Parece que al final se las compró él, ¿eh? —Jungkook se rio entre dientes.
—Ese idiota —me acordé de él y negué con la cabeza, dejando escapar una risita.
—Por cierto, ¿parece que vamos vestidos a juego? —dijo mientras cruzábamos en rojo junto a un grupo de transeúntes.
—Sí, de hecho he tenido algo de ayuda —contesté.
—¿De quién? —Jungkook me miró, esperando mi respuesta.
—Del tío del que estábamos hablando hace un segundo.
—¿Park Jimin? Guau, tengo que admitir que tiene algo de estilo —respondió Jungkook.
—Estilo femenino —añadí. Ambos nos reímos mientras hablábamos de Jimin.
—Ya estamos aquí —me dijo, abriendo la puerta del restaurante por mí.
En el momento en el que entramos, fuimos recibidos por el aroma a hierba y especias. El ambiente, aunque acogedor, era elegante. La temática del restaurante era rústica y vintage, con parquet de madera de teca oscuro y mesas y sillas de madera tallada. Encima de cada mesa, había un mini candelabro colgando del techo, que irradiaba una tenue luz amarilla. Se podía escuchar música de jazz suave a través de los altavoces, haciendo que el ambiente pareciera aún más sofisticado.
Escogimos una mesa cerca de la ventana. Jungkook retiró la silla por mí antes de rodear la mesa y sentarse en frente de mí.
Es todo un caballero.
Después de leer la carta durante un rato para decidir que queríamos comer, pedimos nuestra comida. Por mi parte Aglio Olio y por la parte de Jungkook Lasaña.
Mientras esperábamos a que nos trajeran la comida empezó a llover fuera. Miré las gotas de agua que corrían por el cristal de la ventana. No llovía mucho, pero daba una sensación amarga. De pronto me recorrió un escalofrío, pero ni siquiera hacía frío dentro. Traté de deshacerme de la extraña sensación hablando con Jungkook.
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COLORS || pjm. (Traducción)
Hayran Kurgu―A pesar de haber 7 millones de colores visibles para el ojo humano, y de tener a tu alcance 48 lápices de colores diferentes, ¿por qué estás utilizando solo el negro, el blanco y el rojo? Bajé la mirada y traté de pensar en una respuesta. No lo sé...