𝙍𝙚𝙨𝙪𝙢𝙚𝙣: Averyy Natasha eran amigas desde pequeñas, sin embargo su "amistad" se ve eclipsada ante el repentino viaje que hacen la familia de la pequeña de once años. Años después el destino las vuelve a unir.
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Avery rió mientras se sujetaba a la cintura de Natasha quien pedaleaba su bicicleta. La castaña sacudió su mano por ambas al escuchar como los otros niños las pasaban saludando.
Avery se bajó de la bicicleta siendo seguida de la pelirroja con rayos azules quien dejó su bicicleta acostada en la acera. Ambas rieron mientras se tomaban de las manos y corrían a lo profundo del bosque donde yacía su casita especial.
La castaña subió primero emocionada siendo seguida por Natasha quien increíblemente sentía que no podía dejar de sonreír siempre que estaba cerca de ella.
Avery jadeó tratando de recuperar el aliento.
— Me gusta estar aquí. — sonrió feliz como era habitual Avery.
— A mi igual. — admitió Natasha.
Avery sonrió como si eso fuese posible y, lentamente se acercó al pequeño agujero que había en la pared simulando una ventana. Y se mantuvo ahí admirando el increíble paisaje que tenía Ohio.
— Es hermoso ¿no? — contempló Avery.
Natasha casi pone los ojos en blanco.
— Tu le ves lo hermoso a todo. — replica con diversión la rusa.
— ¡No es cierto! — frunce los labios. — A Gilbert no lo considero hermoso.
Natasha hace una mueca y finge una arcada provocando risa en Avery.
— Los niños son asquerosos. — finge un escalofrío Natasha.
Avery abre la boca indignada.
— Eso no es del todo cierto. — Natasha alza una ceja hacia ella. — Mi futuro esposo no será asqueroso.
— ¿Que pasó con ⪻ Solteras hasta la muerte. ⪼? — se cruza de brazos la rusa.
— Ay vamos Nat, en algún momento nos casaremos. Tendremos un trabajo que odiaremos y niños a los cual querramos dar en adopción después de dos meses de nacidos. — Natasha no puedo evitar sonreír divertida ante lo último.
