𝑬𝒍 𝒆𝒇𝒆𝒄𝒕𝒐 𝒑𝒍𝒂𝒄𝒆𝒃𝒐 || 𝑺𝒆𝒗𝒎𝒊𝒐𝒏𝒆

Capítulo 11▫️

"¿Señorita Granger?" Un alto mago mediático detuvo a Hermione justo cuando estaba a punto de entrar en la habitación de hospital de Severus, su ritual diario desde que él recuperó la conciencia. A menudo se encontraba hablando sólo de sí misma o mostrándole recuerdos. Otras veces hablaban de la gente que ambos conocían y ella le ponía al corriente de la parte de sus vidas que él había olvidado. A veces se sentaban en silencio cuando él tenía un mal día; el cansancio era un factor importante para él. Por supuesto, agradecía que alguien viniera a visitarlo y esperaba con ansias las visitas, aunque no se lo hacía saber. Seguro que es mejor que estar sentado allí solo día tras día sin un alma que te cuide y por eso lo agradecía.

"¿Sí?" Se detuvo bruscamente y se giró en el sitio para mirar al hombre, doliéndole un poco el cuello para levantar la vista.

"Severus está lo suficientemente bien como para ir a casa hoy. No hay mucho más que podamos hacer por él. Puede caminar, alimentarse y ducharse sin ayuda. Necesitará ganar más fuerza y la herida del cuello posiblemente no se cure nunca. Le hemos echado de todo y sólo se resiste. Hemos tomado cultivos y si encontramos algo que pueda matar la infección que impide su curación, nos aseguraremos de que vuelva a ingresar directamente. Estará cansado la mayoría de las veces, pero eso ya lo sabes y no te lo tomes como algo personal si te arremete contra el dolor interminable. Una enfermera vendrá cada dos días para cambiar el vendaje de la herida. Buena suerte".

"Bien. Gracias." Ella asintió secamente. Ella no esperaba esto, no hoy. No se había hablado de esto antes de hoy, ni siquiera un susurro de que estuviera lo suficientemente bien como para ir a casa, así que fue todo un shock para ella.

Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro mientras daba los últimos pasos hacia su habitación. Por fin podría empezar el experimento que se moría por probar con él. En realidad era bastante sencillo. Fingiría que le preparaba una poción que le diría que había creado ella misma con la esperanza de que fuera una cura para su herida. En realidad era sólo agua mezclada con algunas hierbas y algo de brillo comestible, pero toda la integridad de la investigación dependía de él y sólo de él. Tenía que pensar que se trataba de un brebaje secreto y no debía tener dudas. Básicamente, si lo bebía y creía que lo iba a curar y, en caso de que lo hiciera, ella tendría una prueba irrefutable de que los magos y las brujas podían curarse en última instancia por el efecto placebo; la única razón por la que quería que Severus viniera a vivir con ella. Bueno, eso y lo de que estaba destinado a ser su marido, que todavía le resultaba increíblemente extraño.

Empujó la puerta y lo vio sentado a un lado de la cama, tanteando los botones de su túnica. "Supongo que te has enterado de la noticia". Preguntó dando otro paso hacia la habitación.

Dejó de hacer lo que estaba haciendo durante un segundo para mirarla, con su largo cabello negro cayendo sobre sus ojos al hacerlo. Ahora tenía el doble de largo que cuando enfermó y cayó en coma. Se detuvo con los botones por un momento y se pasó la mano por la barbilla. Los largos pelos negros eran ásperos y rasposos al tacto.

"Lo hice y estoy deseando quitarme todo este pelo. Es molesto y vulgar".

"No creo que sea vulgar, como que te queda bien pero sí, bueno me organizaré para que te lo hagan si es lo que deseas, Severus". Se encogió de hombros mientras lo veía tantear de nuevo los botones.

"Tendremos que conseguirte ropa sin tantos botones, ¿eh?". Hermione se adelantó hacia Severus mientras éste estaba sentado en la cama del hospital intentando con todas sus fuerzas abrocharse los botones de la túnica. Los dedos tantearon torpemente un botón y la frustración que crecía se hizo evidente en su rostro mientras soltaba un suave gruñido bajo de enfado es absoluta frustración.

Ella extendió una pequeña mano para ayudarlo sólo para que él la apartara con fuerza. "¡Puedo hacerlo!" Bramó con desesperación y rabia en su voz. Quería hacerlo, no quería parecer débil o un inválido.