Capítulo 8

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Gumi me abrazo y beso mi mejilla mojada por las lágrimas.

-No sabéis cuanto lo lamento, en ningún momento pensé que algo así podría ocurrir. Yo estuve seguro que me sacarías de líos y nos reiríamos camino a casa, así es como siempre ha sido- se sentó viendo al oscuro horizonte- pero no había notado que ya nada es como antes. Tú eres toda una dama y tienes tus amigos y tus problemas y yo sólo sé joder todo- bajo el rostro y yo me coloque a su lado, recostando mi cabeza en su hombro- Te juro que ya no te meteré en más líos.

-Desde tiempos anteriores, has sido tú quien me saca de apuros. No soy ninguna dama y sí, tengo problemas pero los abandonaría por salvarte cuantas veces sea de lo que sea. Por mi ineptitud casi os matan, se supone que soy la lista pero no puedo reaccionar ante el miedo así que, ¿de qué me sirve? No puedo salvar a las personas que amo paralizandome por cualquier estupidez.

Quedamos en silencio observando una rosa blanca que yacía a unos metros de nosotros. Suspire y bese su cuello, ambos reímos entonces.

-Ya debemos irnos Charlie, tienes dos días sin llegar a tu casa y no quiera dios tu padre se de cuenta de esto. Además el tipo seguramente me anda buscando- se levantó y me tendió una mano, yo la acepté y caminamos la corta distancia abrazados.

Conduje aproximadamente 20 minutos en la total oscuridad. Dejé a Gumi en su casa y me dirigía a la mía hasta que Castiel me dijo

-Quedate en casa esta noche...por favor

-Sabes que lo haría pero mañana tenemos clases y tengo dos días sin que mi padre sepa mi paradero.

-Sólo una noche más, te lo pido...- suspire y vi sus heridas, me sentía culpable por ello.

-Muy bien, lo haré. Pero tendrás que prestarme ropa para mañana, eh?- sonrió y depósito un tierno beso en mi mejilla.

-Claro

[...]

-Si dejaras de quejarte seria muy útil- curaba las heridas de CJ pero él no era muy tolerante al dolor de las medicinas y no dejaba de gritar.

-Es que duele!

-Supongo que dolió más cuando ese imbécil te las hizo, así que silencio- gruño y fruncio el ceño

-Y hubiera seguido golpeándolo hasta matarlo a no ser por esa maldita pistola. Nadie puede tratarte de esa manera, y a quien lo intente lo matare.

Terminé de envolverle la muñeca y me quite la camisa para entrar al baño, necesitaba refrescarme.

-Eres un amor Castiel Jackson, ahora ve a dormir.

-Yes, my lord- contestó imitando la voz de Sebastian Michaels y se acurrucó en la cama mientras yo entraba a la ducha.

Me coloque la pijama y me senté en el balcón a ver la luna, era luna llena y las estrellas brillaban más que de costumbre; tome un cigarrillo y lo prendí, recopile todo no sucedido el día de hoy en una sola frase: problemático.

Considero que ya es hora de conseguir amigas...

Caprichos SentimentalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora