Capítulo 9: Las Rosas...

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Me paré en la entrada del instuto, cogiendo valor y forzandome a sonreír.

-Entras o qué?- me dijo Cas algo irritado; a pesar de que me frustraba su manera de actuar lo toleraba, entendía que se sintiera mal, después de todo...su novia había muerto apenas ayer.

Entramos y sentí todas las miradas clavarse en mí. Los murmullos, las risas, los golpes que me daban al pasar, los gritos, las cosas que tiraban, todo era tan humillante.

¡Maldito gilipollas de Cory! ¡Maldita guarra de Marissa!

-Ignorales Charlie, no son importantes.

-No es tan fácil ignorarles, Cas- recibí una bola de papel en la cabeza- mejor dicho, es imposible.

Al abrir mi casillero cayeron cientos de rosas azules al suelo y al fondo pegada, una nota:
Espero y no la estés pasando tan mal, espero y estas rosas os vayan a contentar.
Levanta el rostro y sonríe que eres la chica más hermosa existente en el cosmos.
Con amor, un chico molón.

Me sonroje muchísimo al leerla, CJ me quito la nota y la leyó

-Por un demonio...-me volteo a ver sorprendido- ¿A cuántos traes loco Charlotte Elizabeth?- baje la mirada y sentí como mi calor corporal aumentaba, él río- Eres adorable, idiota rompecorazones.

Levanto una de las rosas y la colocó detrás de mi oreja, beso mi frente y se fue. Quede embelada por aquella escena tan hermosa; el azul era mi color favorito y las rosas mis flores favoritas, definitivamente quien quiera que me haya dejado esto me había investigado bien. Y de repente recordé las palabras de ese tal Damian "Llevó meses escuchando sólo maravillas de ti..." luego recordé a Cas aquella noche en la pradera "Esta enamorado de ti....Ben" ¡Ben había hecho esto! Metí las rosas de nuevo y cerré mi casillero, corrí a buscarlo para agradecerle; mientras corría como loca esquivando a las personas choque con una chica y ambas caímos al suelo.

-Joder, lo lamento muchísimo, dejame ayudarte- me incorpore rápidamente y le extendí mi mano, me observo a través de sus gruesas gafas y negó tímidamente con la cabeza- Oh vamos, acepta, no te haré daño- y entonces tomo mi mano con algo de miedo y nerviosismo. Le sacudí la ropa y eché a correr nuevamente.

Ben estaba con otros chicos skaters del colegio cuando se percató de mi presencia y se acercó

-Q-qué haces acá?- se sonrojo- Este es el patio trasero y tú nunca vienes por estos lares...-volteaba a ver en todas las direcciones- Acaso...m-me buscas?

-Sí- dejo escapar un pequeño gemido y yo reí- para agradecerte por tan bello obsequio. Esas rosas están monísimas!- le bese la mejilla y sus amigos gritaron.

-Rosas? Pero yo no te he dado ninguna rosa...

-Las de mi casillero, las azules, la nota, la sorpresa...-repetí de manera intrigada, él me observaba confundido

-No tengo ni idea de qué carajos hablas, Charlie.

-Oye blanquita, por qué no te vienes a presentar ya que ese imbécil no quiere?- me grito uno de sus amigos.

-Oh, callate Chad, a ella no le interesa conocer bastardos como tú- respondió Ben agresivamente.

-Pues si no has sido tú... Me voy llendo. Ciau- le di el puño y me largue de ahí.

Entre al salón de artes y ahí estaba la chica de antes, sentada al final. Me le acerque y con mi mejor sonrisa le dije

-Holaa~ que te cuentas chica hippie- tomé lugar a su lado, apoye mi codo en la mesa y recoste la mejilla en mi mano mientras la observaba curiosa.

-H-hola- respondió cabizbaja- C-co-como sa-sa-sabes q-que soy hi-hippie?- tartamudeo con una voz tan dulce como la miel.

-Hmm...tiras pinta dé- se entristeció- ser hippie es genial, no crees? Yo intente ser lo pero digamos que mi carácter es demasiado pesado. Como te llamas?

-Ka-Katherine

-Un gusto Kat, soy...

-Charlotte- me interrumpió y me miró- todos saben quien es Charlotte Techoblanco, la chica que Cory McGam rechazó brutalmente por su hermana.

-HERMANASTRA!- grite y ella se asustó- Yo...yo...yo...-suspire y relaje mis músculos- Lo lamento, me molesta que digan que es mi hermana. Y sí, ese putazo hizo eso- rasque mi nuca, ahora nerviosa- Creo que mi presencia te incómoda así que...- tomó mi brazo y me miró con ojos de suplica

-Quedaté, por favor- y así lo hice.

Conversamos hasta que el señor Gates entró al salón.

(...)

-Aahg- estire mis brazos- A veces odio esa clase- coloqué mis manos dentro de los bolsillos de las bermudas y empezamos a caminar

-O es que simplemente odias tallar?

-Hm- lo pensé un momento- elijo la segunda, tallar me estresa la vida. A que clase vas?

-Álgebra Avanzada

-Por un cuerno...deberás?

-S-sí...es que...yo...-otra vez había entrado en modo pena.

-Oh, calla que yo también voy allí- su rostro cambio de vergüenza a una extraña combinación de alegría y sorpresa- Acompañame a sacar mi libro

-Si!

Cuando abrí la pequeña puerta de hierro las rosas cayeron de nuevo

-Coño...lo había olvidado...

-Oh! Esté es tú casillero, yo vi quien puso esas rosas- me sorprendió muchísimo

-Dime quien!- le rogué

-Es que...simplemente no puedo, me hizo prometer no decirle nada a nadie.

-Vamos~ dime que yo soy tu amiga!

Ella desvío la mirada y en ese preciso instante Gumi apareció tras de mí.

-Charliee~- canturreo- te he estado llamand...¿quién carajos te dio esto?- bajo la mirada hasta la mini montaña de rosas a mis pies y río

-T-t-t-tú...-tartamudeo nerviosa y sonrojada Kat apuntando a mi amigo

-Oh, mierda- susurro Gumi e intento disimular su alteración con una sonrisa- Qué?- movió la cabeza a un lado y borro cualquier rastro de preocupación en su rostro

Ambos se observaron en silencio por un momento hasta que Kat finalizo con un suspiro inquieto añadiendo:

-Nada...sólo te confundí.

No me lo creí, algo había entre esos dos y yo no desistiría hasta saberlo...

Caprichos SentimentalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora