Capítulo 20: Miedo y Arrepentimiento

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Pronto serán los exámenes finales y Frank prometió estudiar conmigo. Deberás que ese chico era una lindura de amigo, no tanto como lo es Castiel pero algo es algo.
El timbre para la cuarta hora sonó, me despedí del señor Patterson y salí del salón de Matemáticas. Estudiaría Historia del Arte junto a Katherine y ella es demasiado puntual.
-Charlie!- me esperaba apoyada en mi casillero- ¿Cómo te fue?
-Pues...-saque mi libro de Arte y algunos resaltadores- Nunca dude de sacar un 10- cerré la pequeña puerta de metal y la miré- A poco y tú si?
-Jamás- sonrió.
Hace ocho días ella corrió a mí llorando porque Gumi la había terminado, me sentí mal por ella. Todo era mi culpa, así que decidí no salir con él hasta que se le pase.
El asunto con Damian ha sido jodidamente extraño desde ese día, nos besamos y acariciamos pero aún no estoy segura de lo que siento por él. Castiel se molesta cada vez que tocó el tema.
-Y...has visto a Frank hoy?- levante la vista del libro
-Qué?
-Has visto a Frank hoy? Es que no me contesta las llamadas...
-Katherine- sentí la ira apoderarse de mi, sin embargo, me mantuve lo más tranquila posible- escuchame bien porque no lo repetiré:
.Franko es mi amigo, ¡y no quiero que le pongas tus sucias manos de ramera encima!- sus ojos se abrieron a más no poder y yo fruncí el ceño- Ya me hiciste eso con Takumi, creaste caos entre nosotros y ahora no puede ni verme a la cara. No me quitarás a Franko, ¿ENTENDISTE?- entoné letra por letra y al finalizar ella tomo sus libros y se fue. Reí y baje la vista al texto nuevamente.
-No me digas que estas enamorada de mí?- su risa estruendosa me asusto- Vaya que eres pesada cuando quieres, Charlie. En otro asunto, no te preocupes que jamás saldría con ella, no es mi tipo; las prefiero eufóricas, con autoestima y con más adrenalina- tomó asiento a mi lado
-Pensé que no era el tipo de Takumi y ve que salieron juntos. No me gustaría pasa...
-No sé quien carajos es ese tipo pero estoy seguro de no ser como él. Por favor, no me compares.
-Lo siento- baje la cabeza- simplemente yo...
-Por lo que más quieras, solo callaté ya- rió nuevamente- Recuerda tus palabras anteriores: "Al único de mis amigos que conocerás es a Castiel" y así fue. No es como que me importe realmente pero seria genial.
-Te puedo presentar a Damian
-Oh, ¿a mi hermano? No gracias.
-Qué?- su comentario era inesperadamente inesperado, ¡por el amor a la comida! ¡¿Ellos son hermanos?¡
-Olvidalo, mira que esta wea de Van Gogh esta interesante- e ignoró completamente el tema, como si nunca hubiese dicho algo.
[...]
Son las 9:47 pm y aún no dejo de pensar en que esos dos son hermanos...diablos, no se parecen en nada.
Para sacarme el asunto de mi mente, llamé a Damian
-¿Cómo esta la chica más hermosa de la galaxia?
-Sorprendida
-¿Por qué?
-Porqué no me dijiste que tenías un hermano menor llamado Franko.
-Nunca preguntaste, ¿cuando te hablo?
-Hace creo que tres meses
-Jajaja que hijo de puta
-No me da gracia, se supone que te conozco y ni siquiera sabía sobre tu hermano. Esta es una de las múltiples razones por las cuales no somos novios, no nos conocemos lo suficiente.
-No me vengas con eso, Charlotte, no somos novios porque aún no aclaras tus malditos sentimientos. Sabes qué, este tipo de actitudes son las que me molestan de ti. Un placer hablar contigo, adiós.
Y colgó la llamada.
Casi de inmediato le marque a Castiel:
-Realmente no quiero saber sobre esté asunto, Charlie, cuando os dije que estabas sola en tus indecisiones hablaba enserio. Te amo pero es tiempo de que aclareis todo por ti misma.
-Mierda...-suspire- dadme un indicio por lo menos
-Disfruta tu juventud. Sé feliz.
-De que vais? Eso no me ayuda
-Lo hará, creeme. Nos vemos más tarde.
Tire el móvil lejos de mi vista, yo tenia claro mis sentimientos por Damian...yo le quiero pero temo herir a Gumi; ese chico ha sido mi amigo desde la básica, me partiría el alma que por algo tan soso como esto se aleje.
De pequeña nunca tuve muchos amigos y por eso siempre estábamos juntos, entramos al mismo instituto pero recibíamos clases separados y era como una tortura para mí.
En mi cumpleaños 13, Marissa preparo un pastel desde mi cabello hasta mis pies como regalo; me dio un ramo de rosas con hierba venenosa y me bajo la blusa en medio del partido de soccer. Fue un día demasiado humillante pero algo bueno salió de todo eso... Cuando ella terminaría la jornada arrojandome bombas de lodo un chico esbelto, de cabello negro y ojos grises le disparo con una pistola de agua nada más ni nada menos que pipí, todos se burlaron de ella durante mucho tiempo porque el olor le quedo impregnado, así fue como Castiel se hizo mi amigo. Conversaba conmigo, me cuidaba, me ayudaba y me quería, con el tiempo nos hicimos inseparables. Un 17 de marzo al regresar del colegio mi madre empacaba sus cosas, Robb tenia 9 años y no tuvo que decidir con quien quedarse pues era obvio que con mamá. En esa época fue cuando mis calificaciones bajaron, comencé a beber, fumar y drogarme...mi vida era un desastre, sin embargo, Castiel estuvo conmigo todo el tiempo; pero hasta un chico tan perfecto como él tenía problemas y en una de nuestras fiestas terminamos haciendo el amor. No volvió a beber desde entonces. No se lo perdonó. No dejó de compensar ese error. Me sobreprotegia y continuamente repetía "Charlie, eres como mi hermanita" para aplacar su consciencia llena de culpa por algo que para mí no era más que un lindo error, algo sin un verdadero valor.
Cogí valor y volví a llamar a Damian. No contestó. Lo intente aproximadamente 30 veces pero se negaba a hablar conmigo.
Tome las llames de la vieja motocicleta de mi padre y me dirigí a su casa.
A la mierda Gumi, a la mierda Ben, a la mierda Cory, a la mierda todos. Toqué la puerta.
-¿Pero qué coños hacéis aquí a esta hora, Charlotte?- Damian salio en pijama, fuese como fuese él siempre se veía sexy
-Repite lo de la otra noche
-¿Qué noche?
-Cuando me quedé acá- ladeó la cabeza- ¡No puede ser que lo hayas olvidado!- suspiro
-Creo que ya entiendo. Veamos...-divagó un momento- Te quiero y deseo pasar contigo el resto de mi vida porque sois jodidamente asombrosa, ¿a eso te referias?- sonrió y no lo soporte más: lo besé como si mi vida dependiera de ello.
-Damian...- lo abracé, él sin entender la situación lo hizo también- eres un idiota- reí
-¿Pues sera por eso que nos llevamos tan bien?
-Tal vez- nos volvimos a besar- Si mi padre sabe que no estoy en casa me matará, me voy.
-No debiste salir a esta hora de la noche.
-Tenía que verte, te necesito, ¿sabes?
-¿Cuántos gramos?
-No me jodáis, Damian. Mañana nos vemos a las 2, quiero ver una película.
Subí a la motocicleta y me apresure a llegar a casa. Nadie se percato de mi salida y por fin me sentía bien.
La adolescencia tenia su lado bueno.

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