Nuevo...¿amigo?

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La expresión en el rostro de Castiel era de tristeza y molestia.

-El día que regresó, tocó mi puerta a las 3:06 a.m., durmió en casa esa noche -veía a CJ atentamente mientras me relataba su anécdota. La luz de la luna y las estrellas nos bañaban por completo, su rostro se delineaba delicadamente y su piel blanca prácticamente brillaba- A la mañana íbamos tarde al colegio; ese idiota se tomo la molestia de averiguar a qué instituto asistía y se en listo allí. Al llegar le mostré su casillero y corrí a clases dejándolo a su deriva hasta la hora del almuerzo, cuando emocionado me contó sobre una diosa blanco y negro: "Bro, es la chica más hermosa que en mi vida he visto. Su piel pálida y quemada va en contraste con su cabello blanco cual nieve y sus ojos verdes...¡dios, que mirada! Definitivamente me he flechado". Acepto que me molesté pues supe a quien se estaba refiriendo, me mantuve a distancia de él por un tiempo hasta que encabronado me dijo "¿Cuál es tu maldito problema? Regreso y así me tratas, vaya amigo que tengo", entonces me rendí y le conté sobre ti, mi mejor amiga; tu nombre, edad, historia y del enorme cariño que te tengo. Me prometió que no saldría contigo a menos que yo le diera el visto bueno.

Me sorprendí, intenté decir algo pero las palabras nunca salieron así que quedamos en silencio, observando el infinito cielo.

-Eres un amor, ¿lo sabías?

-Claro que sí- refutó burlón mientras se sentaba- y eso me hace 20% más genial.

-Eso esta en discusión, Edmond -él odiaba que lo llamaran por su segundo nombre.

-Oh, estúpida -desvío la mirada a donde Ben, tomó un cigarrillo y lo encendió- Es una mierda que sea de ti. Hay cientos de chicas guapas en el instituto y miles en la ciudad, ¿por qué de ti? Malditos dioses que se burlan de mí -el humo que exhalaba era muy espeso -y maldita tú con tu belleza y genialidad.

-Oye, oye, no me culpes por eso. Es genético. -vacile unos segundos -Creo que me gustaría salir con él... Sólo si tu estas de acuerdo.

-No soy tu padre para negartelo; ya estas grandesita Techoblanco, haz lo que te venga en gana -se levanto y me tendió la mano para que hiciese lo mismo- Ya es tarde para que una señorita como tú ande en lugares como estos. Ve a hablarles a ese par mientras yo limpio  este desastre.

En un perímetro de 10m habían envoltarios, cajetillas de cigarros vacías y latas.

-Gumi, Ben, levanten sus culos de ahí y vámonos. - le quité la chaqueta a Gumi y me la tire sobre los hombros, se lanzo una mirada de "qué carajos crees que haces?"- ¿Qué? Tengo frío.

El regreso a casa fue tan ameno como la ida; conversaciones incoherentes, risas, gritos, música y el aire helado que significaba la llegada del invierno.

Cuando llegué a casa de Cas y me puse "mi pijama" (una de sus camisetas) dispuesta a descansar mi mente me jugó pesado: estaba pensando en Ben, pensaba en invitarlo a salir...ya saben, en una cita. Cuando concluí en que quería hacerlo cogí el móvil de CJ (estaban profundamente dormido) y le marque. Sonó una, dos, tres, cuatro, cinco y cuando sonaba la sexta y yo me rendía contestó:

-Joder Bro, más te vale que sea importante como para que me llames a las cuatro de la mañana -en su voz se escuchaba cansancio, molestia y preocupación. Me puse nerviosa

-Ehh...Ben, soy Charlie. Yo solo quería saber si...bueno es que estaba pensando en que...-hice una pausa- si aceptas salir conmigo.

Escuché su respiración entrecortada y luego finalizo la llamada.

Me sentí jodidamente mal, dos rechazos en una semana es un nuevo récord. Dejé el móvil en la mesa de noche otra vez, maldije a la adolescencia, a las personas, a los dioses y me dormí. Necesitaba descansar, por la tarde me enfrentaría contra una madrastra y un padre molestos.

Caprichos SentimentalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora