Capítulo 18: La Jovial Chica de Cabellos Rizados

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Un ligero rayo de luz se escabulló entre las cortinas para dar contra mi rostro, despertándome.
-Joder, madre, hoy es domingo. Dejame dormir- fue cuando recordé que no estaba en casa, que mi madre ni siquiera estaba en este país y me incorporé un tanto ajetreada- Soy un desastre- reí sin gracia y fue cuando Castiel tocó dos veces anticipando su entrada.
-Bella Durmiente, ¿eres sonámbula o deberás estas despierta?
-Soy zombie, comeré tu carne- me abalance hacia él, atrapandome en un abrazo- Buenos días, Cas- acomode mi cabeza en su hombro, olía tan bien como siempre: chocolate con extracto de vainilla, miel y avena.
-Qué tal?- acariciaba mi cabello con delicadeza, con quien trata con la delicada piel de un bebé enfermizo- Espero que ninguno de esté par de imbéciles te haya tocado y lamento haberme ido así de pronto. Tenia que cuidar de él.
-Esta bien, no me hicieron nada- me aparte y él depósito mi ligero cuerpo en la cama- Dam fue tan amable de darme su habitación y dejarme escuchar sus CD's de Cat Steven para mayor confort- Sonreí y recordé lo anterior a eso...lo había olvidado por un momento. Gumi apareció en mi mente, llenándome de culpabilidad- Necesito hablar contigo, pero no aquí. Vamos a desayunar
-Vistete primero, eh?
Baje la mirada Encontrándome a mi misma con solamente ropa interior y sentí el rubor aparecer. Asentí y coloque prenda por prenda finalizando al hacerme un moño bastante vago.
Llegamos al restaurante donde íbamos todos los domingos, al otro lado de la ciudad. Pedimos waffles con tocino y leche con café como siempre; la mesera era joven, esbelta, de cabello rizado rubio y en sus ojos se podía notar el dolor de una vida pero aún destellantes por la esperanza de algo mejor.
-¿Eres nueva?- Cas fue tan directo que ella se ruborizó pero asintió- Que va~ se nota con el simple hecho de que vienes a pedirnos la orden. ¿Cuál es tu nombre?
-J-Johanna- logro decir la prometedora joven entre balbuceos
-Tres ordenes de waffles con tocino extra. Cuatro tazas de leche con café, no café con leche porque no me agrada lo amargo, un pastel de fresa, jugo de piña y también tú número, ¿comprendiste?- volvió a asentir- Hm, haber, repitelo.
-Dos ordenes de waffles con extra tocino, cuatro tazas de café con leche, un past...
-No! Tres ordenes de waffles con extra tocino, cuatro tazas de leche con café, un pastel de fresa, un vaso con jugo de piña y tú número telefónico
-Tres de waffles-tocino, cuatro leche con café y no café con leche, un pastel de fresa, un jugo de piña y mi número
-Repitelo otra vez- se recostó en el asiento con la cabeza para atrás, disfrutando la escena pero sin verla.
-Tres de waffles-tocino, cuatro leches con café, un pastel de fresa, un jugo de piña y mi número!
-Buena chica, ahora ve antes que se te olvidé- y así fue corriendo.
-Eres malo, eh?- reí- Pensé que jamás te volvería a ver ligar.
-La vida sigue, ya han pasado ocho meses desde lo de Kira. No puedo lamentarme por ella el resto de ni vida- desvío la mirada melancólica- Además...sé que no se molestaría por pagarle con la misma moneda.
-¿A qué te ref...?- escuche un grito desde la barra y voltee a ver, era la chica. Tal parece le había repetido la orden al chef y éste aún se reía. Cas sonrió.
-No puedo asegurarte nada, Charlie, pero juro protegerla si me acepta. Solo mirala...tan tierna, tan frágil, tan inocente; es como un botón de rosa. Demonios, soy un cursi sin remedio- cubrió su rostro y rió ligeramente, con esa sutileza que tanto le caracterizaba y había hecho que me acercara a él hace tantos años- Pero no venimos a este lugar para hablar de todo esa ridiculez. ¿Qué paso en ese lugar ayer?- y su expresión se torno tosca y agresiva.
-Cuando Damian me dijo que habláramos en su habitación, todo era porque quiere salir conmigo.
-No me jodas- suspiró- Para que mentir, ya lo esperaba...
-Qué?
-Típica puta historia de amor adolescente! Primero se odian y luego se enamoran.
-Yo no estoy enamorada!
-Si fuera cierto, no estaríamos acá- bebió un sorbo de agua que yacía sobre la mesa
-Acepte una maldita cita con Takumi!- grite molesta y Cas escupió el agua, sorprendido- Y ahora me arrepiento. No puedo creer que todos mis amigos terminen por enamorarse de mí- comencé a llorar. Johanna apareció con la comida y justo cuando le extendía un papel a Cas él se levanto, la aparto y me abrazo.
-Shhh, tranquila preciosa, tranquila. Todo va a estar bien- acariciaba mi cabello con delicadeza y repartía ligeros besos en mi frente- No te sientas mal por eso, eres hermosa y genial así que es casi inevitable no amarte. Charlotte Elizabeth es alguien sorprendentemente vivaz, llena de alegría y amor para repartir; tu aura es pura como el algodón, eres amable y generosa, ayudas en cuanto puedes a alguien sin dudar e intentas mantenerte fuerte frente a todos pero solo reluces el daño que te han hecho. Eres alguien increíble y valiente...por eso y más cualquiera se enamoraría de ti.
Levante la vista y logré observar a la jovial chica alejarse con expresión de decepción. Me sentí aún peor por haber arruinado el ligue de CJ...
Comimos en silencio; yo entre lágrimas, remordimiento y tristeza y Cas entre preocupaciones. Al terminar se levanto a pagar y luego me cargo hasta el auto e ir al observatorio.
Le conté todo a detalle, desde mis celos por Kat hasta como Dam y yo casi lo hacemos. En todo momento me escuchó sin reacción ninguna, observándome como observas una pintura para criticarla. Tuve miedo, sí, aunque tenia en claro algo: él era la única persona capaz de ayudarme.
-Malditos caprichos sentimentales- exclamó y rechino los dientes al terminar mi historia. Definitivamente sentía un peso menos encima- Quedaté con el idiota de Damian Jerk...

Caprichos SentimentalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora