Capítulo 10

4 2 0
                                    

Capítulo 10

—No tomemos una decisión apresurada, estamos cansados, sin dormir, sin comer, necesitamos pensar bien las cosas.

—Si, tiene razón Eban, necesitamos pensar bien qué hacer.

—¡¿Pensar bien?! no entiendo, exactamente que es lo que debemos pensar bien— se adelanta unos pasos y voltea a verlos a los tres —Esa cosa nos a estado siguiendo toda la noche, se llevó a Enzo y pretenden qué.

—Miguel, yo entiendo que estés asustado, todos lo estamos,— limpia una lágrima de su mejilla, —Pero si vamos con nuestros padres qué nos asegura de que esa cosa no nos siga hasta casa.

—Tiene razón, ni hay chance de nada— Alex —Vimos lo que esa cosa hace en la carretera, no nos va a dejar ir tan fácil.

—Propongo ir a la cafetería y llamar a la policía del pueblo para que lo puedan buscar mejor.

Alex se para a su lado, —Me gusta esa idea.

Suspira —De acuerdo— camina hacia Alex y lo besa.

—Acaso perdieron la cabeza por completo, están locos, no le debemos nada a nadie y menos a Enzo,— camina de lado a lado por la calle —Perdieron la cabeza, sí, perdieron la cabeza.

Pero sus pasos se detienen cuando alza su vista y ve la distancia, detrás del auto.

—Miguel, por favor, solo queremos terminar con todo esto, esa cosa no nos va a dejar en Mao hasta vernos...— se calla.

—¿Qué?— Eban.

Cuando todos ven a la carretera observa como a la distancia se encontraba parada aquella criatura desconocida, con la calabaza como forma de cabeza y la guadaña entre sus manos.

—¡Al auto!.

Eban en el volante, detrás Miguel, mientras que Alex toma el asiento del copiloto con Alicia detrás. El resto miraba detrás como la criatura se iba acercando a pasos agigantados.

—¿Qué haces que no nos vemos?.

—El auto no enciende, no sé, se volvió loco de nuevo.

—Hay, puta madre, nos va a alcanzar.

—Salgan del auto— al salir lo ven en la carretera —¿En dónde está?.

Un golpe en el techo del auto asusta a todos y los hace caer al suelo.

Al observar ven a la criatura de pie arriba del techo del auto y guarda sus alas, paresidas a un murciélago.

Todos quedan con los ojos abiertos, tan sorprendidos que no logran reaccionar a tiempo que la criatura toma la guadaña con las dos manos.

—¡Corran!.

Del lado izquierdo Miguel y Eban corren a las cosechas mientras que del lado derecho corren juntos Alex y Alicia.

Mientras corrían desesperados la criatura los observa y luego de bajar del auto se dirige detrás de de Miguel y Eban.

Corren entre los maizales uno detrás del otro, Miguel voltea y ve como la criatura iba detrás de ellos y preparaba la guadaña para lanzarla hacía ellos.

—"¡A bajo!"— ese crito vasto para ambos se tiren al suelo y ver pasar la guadaña por arriba de ellos hasta perderse entre el maíz, —Será mejor separarnos tu ve por la izquierda y yo por la derecha.

Alex y Alicia se detienen al escuchar el crito de Miguel y van en su ayuda.

El espantapájarosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora