LUDOVICA
Desde el sábado que Martín y yo hablamos y volvimos a estar juntos parece que estoy flotando sobre una nube de felicidad y amor. En serio, que es difícil no estar sonriendo a cada rato cuando me acuerdo de él, de sus besos, de su voz, de su aroma... de sus caricias.
Me he pasado el domingo hablando con Martín y ha hecho que mi fin de semana sea maravilloso, en comparación con la realidad que vivo en mi casa. Leticia ha estado tranquila, lo cual es inusual y da algo de miedo. Es aterrador verla sonreír al móvil y atender llamadas a escondidas, oculta algo y espero que no tenga que ver conmigo, aún no me olvido de que me quiso hacer trabajar con ella. En cuanto a Carla, ella ha estado de mal humor y supongo que tiene que ver con Martín. Mi prima se muere por saber quién es la novia de Martín y ahora más que nunca, tengo que evitar que lo sepa. No sé qué sería capaz de hacerme si sabe que yo soy la novia del chico que quiere.
Término de peinar mi cabello rubio y me coloco un pequeño broche en el lado izquierdo de mi cabeza. Reviso mi maquillaje y que mi uniforme esté bien puesto, me perfumo y le doy un último vistazo a mi reflejo. Me veo y me siento bonita... también me siento nerviosa y ansiosa por ver a mi novio. En su mensaje de buenos días de esta mañana me dejó muy en claro que apenas me vea me va a dar un gran beso y me ha adelantado que piensa pasar todo el día pegado a mi lado. Suspire como una tonta enamorada al leer sus palabras. Es tan lindo.
Sin perder más tiempo, bajo a la cocina a preparar el desayuno de Leticia y Carla. Mientras bajo las escaleras tarareo un canción de amor de mi banda favorita, pero mi boca se cierra cuando mis ojos se encuentran con dos ojos marrones que me miran con frialdad y algo más que no logro descifrar que es, pero que me produce escalofríos. Ella está sentada en un taburete vestida con su micro pijama de seda y sobre la isla de la cocina está su computadora abierta pero no logro ver que está viendo.
- ¿Por qué tan contenta prima? - Me pregunta de una forma inquietante.
- N-no... no es nada. - Susurro débilmente y me dirijo a la cafetera pasando por su lado. Siento como ella se gira en su taburete y sus ojos en mi espalda.
- Sabes... he estado averiguando sobre la zorra novia de Martín. - Sus palabras me congelan en mi sitio. No, por favor, no. - Ella asiste al mismo mugroso colegio que tú, por ende, debe ser compañera tuya o ir un grado más abajo.
- No sé quién es, Carla. - Digo con decisión y sigo con mi tarea.
- Ok. - Me giro para mirarla. ¿Así tan fácil? - No me importa, tarde o temprano voy a saber quién es y cuando lo descubra, pienso quitarla del medio y hacer que Martín sea solo mío. - Me lanza una mirada amenazadora, cierra su computadora y baja de su taburete para salir de la cocina.
Está obsesionada con mi novio y no va a parar hasta que sepa la verdad. Me tomo unos segundos para tranquilizarme y sigo preparando el desayuno para Leticia. Logró tomar unos sorbos de café que terminó tirando por el fregadero. Una vez que dejó todo listo sobre la isla, me apresuro a salir de ahí, no creo poder lidiar con mi tía, suficiente tuve con Carla. Me coloco mis auriculares para perderme en la música de "B.Four" y caminó hasta el "Bristol School". A medida que me acerco al colegio mi estómago se inquieta, cosquillea de anticipación al pensar en ver a Martín otra vez. Ya quiero ver sus ojos de nuevo y su sonrisa y sentir sus brazos alrededor de mí.
Cuando llegó a la esquina del Bristol, me quito los auriculares y los guardo en mi mochila, camino sintiendo algunas miradas en mí, pero me obligo a no darles importancia. Cruzó las rejas del "Bristol School" y mis ojos viajan directamente hacía un costado del patio delantero donde están los M.E.T.A molestando al chico coloradito de primer año. Mi novio gira su rostro hacía donde me encuentro parada, es como si él pudiera sentir mis ojos sobre su persona. Sus ojos se suavizan y brillan mientras que sus labios dibujan una sexy y dulce sonrisa. Luce tan atractivo. Cuando comienza a caminar hacia mí, siento mi corazón a punto de estallar y cientos de mariposas revolotean dentro de mi vientre. Él se pasa una mano sobre su alborotado cabello antes de dar los últimos pasos que lo acercan a mí. Mis labios forman una sonrisa de felicidad, mientras que mis mejillas se tiñen de rosa. Cuando mi novio está a centímetros de mi cuerpo, su aroma me invade y sus manos van a mi rostro, baja el suyo hasta pegar sus labios con los míos. Dejó de respirar.
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Apuesta... al primer amor (Terminada)
RomantikTodo empieza por una apuesta... Un apuesta que hace Martín y sus amigos una noche de fiesta... Lo que no se espera Martín es encontrar su primer amor y enamorarse perdidamente de la dulce Ludovica, su apuesta.