Cap. 26 - VISITA SORPRESA

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LUDOVICA

Un mes después...

Me despido de mi psicóloga, la Dra. Rosa Vega y le agradezco toda su ayuda en este último mes de mi vida. Ella me ha ayudado demasiado a superar todo lo sucedido con Leticia. Siempre que salgo de su consultorio siento mis hombros, mi mente y mi corazón más tranquilos. Es liberador poder hablar del maltrato sufrido por Leticia, obviamente también es doloroso, sobre todo recordar la última golpiza que me dio. Después de salir del hospital me era imposible poder dormir bien, casi todas las noches me despertaba por una pesadilla... un recuerdo de esa noche y de los escenarios posibles si Carla no hubiera llamado a Martín para ayudarme.

Valeria, me recomendó a la Dra. Vega y ya que no podía vivir sin dormir bien, sumado a la preocupación que aquejaba a mi novio por verme así, tomé la decisión de asistir a terapia y es lo mejor que he hecho. Rosa, me ha ayudado a darme cuenta de muchas cosas y a entender otras, como por que guarde silencio por tanto tiempo. Callar no me hacía cobarde, me hacía una superviviente, en ese entonces temía por mi vida y callar me daba más días. Si hablaba, ella podría haberme matado antes de recibir ayuda.

El sonido del ascensor me saca de mis pensamientos, tomo aire y me propongo a entrar intentando no caerme. Ha pasado un mes, pero caminar con muletas sigue resultando molesto... y peligroso en mí caso, que no logró coordinar muy bien mis movimientos. Una vez dentro, me apoyo momentáneamente sobre la pared mientras baja los 3 pisos hasta la recepción. Cuando bajo del ascensor, doy dos pasos cuando una voz me detiene.

- Hola guapa, ¿necesitas ayuda? - Volteo mi rostro al chico que me habla y me detengo un momento a observarlo. Tiene su espalda apoyada en la pared, sus brazos cruzados sobre su amplio pecho y sus ojos en mí. Es guapo... Me gustan sus ojos y su sonrisa. Con una sonrisa rechazó su ofrecimiento.

- No gracias, ya tengo a mi príncipe azul para que me ayude.

- Que tipo más afortunado. - Comenta con una sonrisa sexy mientras despega su espalda de la pared y se acerca, con pasos decididos, a mí. Nuestros ojos hacen contacto todo el tiempo. Es electrizante su mirada. - Tu príncipe es muy afortunado. - Susurra antes de tomar mi rostro y besar mis labios. Suspiro como tonta enamorada. - ¿Cómo estuvo la sesión, amor mío? - Me pregunta mi novio luego de besarme.

- Bien... aunque ya quiero volver a casa.

- ¿Te duelen los bracitos, amor? - Él acaricia mis brazos con delicadeza y asiento. - Entonces vamos a casa para que descanses, amor mío.

Martín, me ayuda a caminar hasta su auto, me abre la puerta y luego que se asegura que estoy bien sentada y con el cinturón de seguridad puesto, se sube al asiento del conductor. Antes de comenzar a conducir observa con detenimiento el área que nos rodea y sólo cuando se siente seguro pone en marcha el auto. Ha estado haciendo eso desde que salí del hospital, a pesar de que Leticia y Ricardo han abandonado el país y son intensamente buscados por la policía, Martín no está tranquilo, aún teme que ellos puedan volver a hacerme daño... o que Carla salga de su escondite y se acerque a mí. Dudo que ella aparezca, si lo hace la policía va a arrestarla, además no creo que ella quiera dañarme, al final de cuentas me ayudó y por eso su madre la abandonó a su suerte.

Durante el trayecto, mi novio se la pasa contándome las nuevas aventuras de su amigo Eric con su chica misteriosa. Desde hace un mes ha estado acechando a las chicas de la escuela que cree que podrían ser su "chica misteriosa" y se ha metido en situaciones bastantes divertidas, otras un tanto humillantes y a veces algo problemáticas, pero él las enfrenta con suficiente... entereza... al estilo de Eric.

Cuando llegamos a casa, Martín me ayuda en todo momento hasta llegar al sofá de la sala donde coloca mi pierna enyesada sobre una almohada. Le agradezco y acepto cuando me ofrece traerme un jugo, él desaparece en la cocina y en ese instante Valeria baja las escaleras luciendo un elegante vestido de cóctel verde musgo.

Apuesta... al primer amor (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora